El 11 de septiembre y los asilados a través de los documentos diplomáticos de la embajada francesa en Santiago (septiembre-diciembre 1973)

  • 11 September and the Asylum Seekers Through the Diplomatic Documents of the French Embassy in Santiago (September-December 1973)
  • 11 septembre et les demandeurs d’asile à travers les documents diplomatiques de l’ambassade de France à Santiago (septembre-décembre 1973)

DOI : 10.35562/textures.464

El caso de varias embajadas que en Santiago brindaron refugio y asilo es bien conocido e incluso documentado, sin embargo, el caso de la embajada de Francia ha sido ocultado por la publicación en 1979 del diario del embajador de Menthon y su esposa. A través de documentos diplomáticos franceses, este artículo intenta mejorar la visión y el conocimiento de las circunstancias, y particularmente la posición oficial del Gobierno francés y de la acción de los miembros de la embajada, así como su conocimiento de la primera represión tras el Golpe, al igual que las relaciones conflictivas con la Junta y sus milicos.

If the case of several embassies in Santiago is well known and even documented for their acceptance of refugees, the case of the French embassy has been a little bit hidden by the publication in 1979 of the journal of ambassador de Menthon and his wife. Through the study of diplomatic French documents, this article tries to improve the vision and knowledge of circumstances, and especially to understand the official position of the French government and the action of the French embassy members, and their knowledge of early repression following the Coup, as well as their conflictual relations with the Junta and its grunts, the brutal soldiery.

Le cas de plusieurs ambassades sises à Santiago qui accordèrent le refuge et l’asile est bien connu et généralement documenté. En revanche, le cas de l’ambassade de France a été quelque peu caché par la publication en 1979 du journal de l’ambassadeur de Menthon et son épouse. À travers les documents diplomatiques français ouverts, l’article prétend améliorer la vision et la connaissance des circonstances et tente particulièrement de comprendre la position officielle du gouvernement français et l’action des membres de l’ambassade de France, ainsi que leur connaissance de la première répression juste après le coup d’État et les relations conflictuelles avec la Junte et sa soldatesque.

Plan

Texte

J’étais en tant qu’enfant, avec mes parents à l’ambassade de France au Chili à cette période-là, j’ai encore en ma possession l’ourson en peluche qu’on m’a dit que Mme De Menthon m’avait offert, j’aurais aimé être mis en contact avec elle, pour lui montrer cette peluche et lui dire que nous n’oublions pas1...

La pression internationale a permis la libération de prisonniers politiques. Cependant, je comprends mal pourquoi cette même communauté a laissé un peuple se faire massacrer sans intervenir2.

ART. 120. – Il donne asile aux étrangers bannis de leur patrie pour la cause de la liberté. – Il le refuse aux tyrans.
Constitution du 24 juin 1793

Más allá de la polémica que engendró la mal entendida conferencia de prensa del presidente de la República francesa del 27 de septiembre de 1973, la relación entre Francia y el Chile post 11 de septiembre 1973 queda marcada por la acogida de centenares de exiliados3.

A raíz de este recibimiento, está la admisión de refugiados en los edificios de la embajada y la residencia del embajador galo en Santiago. Sin embargo, la apertura de archivos relativos a este acontecimiento es reciente e incompleta por obligación inherente a la institución diplomática francesa, a la conservación y leyes de divulgación de este tipo de documentos, en particular la necesidad de preservar información confidencial que atañe a personas.

Fuentes

El refugio de opositores perseguidos a muerte por la junta militar chilena también se dio en otras entidades diplomáticas. Varios estudios, a los que aludiremos, han aportado esclarecimientos sobre esas situaciones.

En el caso francés, conviene notar la particularidad de la publicación por el propio embajador de Francia y su esposa, Pierre y Françoise de Menthon, de su diario4, en 1979, o sea cuatro años después de los acontecimientos, acto bastante insólito ya que inusitado por ser contrario al proceder de la Carrera. Estas memorias constituyen «un relato de experiencias vividas»5.

A esta primer fuente de información sobre la posición diplomática que dio paso a uno de los mayores momentos de acogida de asilados, conviene añadir en 2003, la obra de Roland Husson6, antiguo agregado cultural de la embajada francesa. Y en 2013, dos testimonios de diplomáticos franceses. El del primer secretario de la embajada, Loïc Hennekinne7 y el del número dos de la embajada gala, el consejero político entre julio de 1973 y 1975, Jean-Noël de Bouillane de Lacoste8.

El diario de los esposos Menthon es un documento que, más allá de su brevedad, propia de un diario, más aún en un momento de urgencia, adopta rasgos de la clandestinidad: las personas son nombradas únicamente por una letra mayúscula seguida de tres puntos. La posición de Menthon llama cuanto más la atención que por su cargo diplomático no parecía naturalmente dispuesto a admirar a la Unidad Popular y a quienes serían los refugiados asilados.

El diario es cuanto más importante que aparece como una fuente directa, escrita en el momento, sin tapujos, mostrando las tensiones internas entre asilados, así como el comportamiento arrogante de la burguesía momia. Muestra, como lo escribió en aquel entonces Eric Hobsbawm, «esa facilidad con la cual hombres y mujeres bien vestidos le toman el gusto a la sangre»9. El diario es un raro momento de historia en su instante más caliente y contrasta con el encierro y la falta de información directa fidedigna hacia el exterior.

Tampoco esconde las tensiones que provoca la llegada de tantos refugiados. Se nota incluso cierta exasperación claramente expresada frente a una diferencia de clase entre esta burguesía francesa católica bien educada y refugiados que entran sin… presentarse, o sin haber sido invitado a ello. Se nota también la voluntad de actuar, un sentimiento de culpa y, por otro lado, queda documentada la prepotencia de los vencedores golpistas al igual que la arrogancia de la clase vencedora.

Convendrá entonces intentar entender el porqué de la actuación de Menthon y antes, de otros miembros de la embajada.

A este temprano testimonio conviene añadir los recuerdos de los diplomáticos italianos Tomaso De Vergottini10 y Emilio Barbarini11, publicados respectivamente entre 1991 y 2012. Su interés es presentar una situación análoga ya que en la embajada de Italia llegan a refugiarse unas 750 personas. Es el lugar en el que el 4 de noviembre de 1974, el cuerpo torturado y sin vida de la militante del MIR Lumi Videla12 fue arrojado por encima del muro de la embajada por los servicios secretos chilenos con el propósito de aterrorizar a los refugiados haciendo así caso omiso de los convenios internacionales y siendo prueba de la mentalidad escabrosa a la que se suma una repugnante campaña de El Mercurio y dibujos de mal gusto que halagaba el buen gusto la burguesía13. El 13 de diciembre, Rolando Calderón, ex ministro de Agricultura, refugiado en la embajada sueca, fue alcanzado por una bala disparada desde el exterior por un miembro de la FFAA chilenas. Todo ello para recordar la dificultad de mantener asilados a refugiados en un contexto en el que las nuevas autoridades no respetaban las obligaciones internacionales.

En lo que atañe a otros países que se hallaron en semejante situación de acogida, conviene recordar los trabajos de Fernando Camacho14 –con una importante bibliografía– sobre el caso de la embajada sueca en Santiago, y el de Soledad Lastra y Carla Peñaloza Palma acerca de los asilados chilenos en la embajada de Argentina en Santiago15 que también conoció momentos de muy alta tensión cuando más de 700 personas se introdujeron en ella. Ocho días después del Golpe, las relaciones entre ambos países andinos quedaron restablecidas en nombre de la Doctrina Estrada16, y el gobierno Pinochet fue reconocido. En realidad, este reconocimiento permitió mantener a los refugiados en la embajada y negociar su extradición. Pronto la embajada argentina se convirtió en una palestra de lucha pérfida entre el personal subalterno adicto al sector gorila y el embajador que se honró de un sentido de humanidad hacia los refugiados17.

El 3 de enero de 1974, Buenos Aires ordenó a su embajador, José Alberto del Carril, dejar el puesto, lo cual se interpretó como una sanción hacia el diplomático argentino. Este mismo día, mientras seguía habiendo 80 asilados, el refugiado Sergio Leiva de 27 años fue abatido por un francotirador del ejército chileno, cayendo muerto en el recinto de la embajada. El incidente, que supone una violación de la extraterritorialidad, tenía que haber llevado a la ruptura de relaciones diplomáticas entre Santiago y Buenos Aires. Pero a Perón le bastó con mandar una nota de protesta. El 16 de mayo de 1974, el general argentino se encontró con Pinochet resolviendo así en un aeropuerto militar la tensión entre ambos países18.

El caso cubano queda aparte, destacándose por la resistencia armada que ofrece a las provocaciones y ataques militares por parte de la fuerza golpista. Tras negar Allende ayuda de los cubanos para que no se le pudiera acusar de fomentar el enfrentamiento con súbditos de una potencia extranjera, tras acciones provocativas de individuos ligados al ultraderechista grupo de choque Patria y Libertad, y tras negar entregar armas pesadas a los miristas al no existir un operativo capaz de llevarlas a su destino, empezaron las acciones de guerra contra la embajada cubana. Los edificios alrededor de la sede fueron ocupados de modo a circundar y dominarla. Los documentos reservados entregados por Allende, y los propios de la entidad diplomática caribeña, así como equipos de transmisión fueron quemados, destruidos19. Al ya no tener comunicación con La Habana, los cubanos decidieron por ellos mismos de la conducta que llevar. Mientras tanto el embajador cubano Mario García Incháustegui entró en contacto con algunos homólogos suyos, entre ellos el Nuncio apostólico. Los cubanos con relaciones familiares con Allende, o sus familiares refugiados, un total de seis personas, fueron invitados por un oficial chileno a participar al entierro del difunto presidente, con la garantía de que sus vidas no peligrarían. Al salir de la embajada, acompañados por el embajador por si negociaciones fueran necesarias, éstos fueron recibidos por un fuego nutrido, quedando herido leve el representante cubano. El irrespeto de la palabra dada, el engaño, aparecieron pronto a los cubanos como una maña para percatarse de la potencia de fuego de los defensores de la embajada. A poco, la llamada telefónica de un general chileno confirmó la treta ya que éste anunció que mandaría aumentar el poder de fuego y bombardearía la sede diplomática. Va sin decir que se hacía total caso omiso de los acuerdos internacionales. A dos días del Golpe, las relaciones estaban rotas y se abrieron negociaciones para la salida de los cubanos y familiares chilenos y el material que juzgaran llevarse. Solo al mirista de los GAP, Max Marambio, le negaron los militares la salida. La llegada providencial de un avión soviético y la destacada actividad del representante sueco Harald Edelstam y la funcionaria Sonja Mathieson permitió que el país escandinavo se hiciera cargo de los intereses cubanos poniéndolos a salvo al alzar la Sveriges flagga y manteniendo a los chilenos prohibidos de salida custodiados por personal diplomático sueco20. Se recogieron entonces enseres y a los cubanos diseminados en Prensa Latina, la residencia del embajador, domicilios privados y la oficina de asunto comerciales que ya había sido blanco de atentados21. Para mayor seguridad, el coronel chileno Uros Domic, ex miembro de la delegación militar chilena en La Habana, se quedó en la embajada cubana. Más de 120 personas salieron a finales del 12 de septiembre con el apoyo de varios embajadores, y militares chilenos, con el propósito de no caer en una trampa o balacera, atravesando «Santiago que parecía una ciudad muerta» y pasando delante de «La Moneda que todavía humeaba»22. Las autoridades golpistas no abastecieron el avión con agua ni alimentos. Al amanecer del 13, el piloto soviético despegó con rumbo a Lima no sin, a poco de elevarse, cortar la radio y emprendiendo una ruta inusual para poner a salvo a sus pasajeros de posibles represalias golpistas.

El interés de este testimonio de Fernández Oña, es que muestra el modo de proceder de las autoridades golpistas: irrespeto total de las convenciones y falta de consideración por las personas además de una evidente voluntad de fajarse con los extranjeros, más aún en el caso de una potencia que representaba el «cáncer marxista»23. Veremos que, en el caso francés, si bien no hubo voluntad de ruptura de relaciones diplomáticas también hubo actos de violencia e irrespeto de las convenciones internacionales.

Tras aludir al caso de otras embajadas a través de la literatura disponible, que permite establecer comparaciones, conviene interesarse por los documentos diplomáticos franceses, hasta ahora desclasificados, para ofrecer una mirada a la vez interna y oficial.

Hemos visto las fuentes secundarias sobre el 11 de septiembre, y acerca del papel de la embajada de Francia en Santiago. En cuanto a las fuentes primarias del archivo diplomático francés, son de apertura incompleta, con lagunas y huecos cronológicos importantes, y siguen clasificados los documentos que nombran a personas refugiadas.

A ello conviene añadir la particularidad de que los de Menthon, llegados en enero de 1972, no estaban en Santiago el día del Golpe, habían vuelto a Francia para presenciar la boda de un hijo24. Acaso de ahí la necesidad de escribir ese diario, o de mantener la acción emprendida anteriormente por el número dos de la embajada, de Bouillane.

Visión de Chile por la diplomacia francesa

Entre el 7 y el 10 de julio de 1965, Frei fue recibido en visita oficial por el presidente francés Pompidou25. En octubre de 1965, un año después de la llegada al poder –aparentemente– tan prometedora de la democracia cristiana, la huelga salarial de los mineros de El Salvador se extiende. El gobierno decreta ilegal y «política» la huelga, que se propaga a otras minas y dura hasta marzo de 1966. Es reprimida ferozmente. El balance es de siete obreros y dos mujeres de las cuales una embarazada, muertos. El asunto retira todo prestigio a la DC y su revolución en libertad. Frei no ha estado a la altura de las esperanzas que la comunidad internacional había puesto en él en esos momentos de Guerra Fría en que América Latina preocupaba por el auge de las esperanzas y las, por fin, posibilidades de cambio que la Revolución Cubana había revelado. Frei se mostró incapaz de gestionar la crisis de modo moderno, recurrió a una represión despiadada en la pura línea de sus antecesores26. Fracaso, por consiguiente, del nuevo modelo que había levantado tanto entusiasmo y apoyo en Europa, cuanto más que había de servir de modelo frente a Cuba, más aún después del fracaso previsto de la Alianza para el Progreso de Kennedy27.

Otro motivo de descontento galo –tercer asunto después de Puerto Montt– que acabó separando a Francia del gobierno DC fue que, tras haber estudiado conjuntamente con Francia, durante más de dos años (desde julio de 1966), la construcción de un reactor atómico en la república austral, Santiago decidió comprar a la firma británica Fairey. Michel Debré, ministro de Asuntos externos, señaló que después de lo que Francia había hecho por Chile, convenía dar a conocer a Santiago el descontento de París. En cuanto al secretario del departamento América del Quai d’Orsay, Hervé Alphand, ex embajador en Washington, habló de una «actitud del gobierno chileno […] poco amistosa y pienso que, cuando se presente la ocasión, debemos dárselo a entender»28. Chile decepcionaba, o mejor dicho, la DC, decepcionaba.

Ese desencanto para con Frei queda plasmado en de Menthon cuando habla de su interés por la experiencia de Allende, ya que «su espíritu quedaba orientado hacia la democracia cristiana tal como existía en sus principios, cuando sus intenciones de justicia social aún no habían sido mermadas (amoindries), sino ahogadas por las fatigas del poder» (p. 34-35).

En esas condiciones la llegada de Allende a la Moneda fue vista con benevolencia. Robert Gillet, gran comisionado de la diplomacia francesa redactó un memorándum sobre las consecuencias de la presidencia socialista. Para Gillet, Chile ya había conocido un Frente Popular y no ocurrió nada grave, también hubo un Frente Popular en Francia. Por otra parte, las compañías francesas se veían poco afectadas por la nacionalización del cobre, eran sobre todo las estadounidenses. Conviene no olvidar que era una época en que Francia tenía discrepancias mayores con el gobierno de Nixon. En cuanto a la mirada de Francia sobre la UP, el Quai d’Orsay señalaba la moderación de Chile frente a EEUU, sobreentiéndase, que contrastaba con la posición cubana. Muchos diplomáticos, entre los cuales los de Menthon, Loïc Hennekinne o Roland Husson recordaron después que escogieron el destino chileno por interés por la experiencia de la UP29.

En Francia, el Golpe del 11 no gozó de popularidad más que entre sectores (entonces) microscópicos de extrema derecha. Hasta el matutino y conservador Le Figaro pintó de modo poco alentador a los militares. El editorial del 12 declaraba que «Era profundamente penoso asistir a este naufragio, a esta ruptura de una larga tradición democrática que era el más bello título de gloria de Chile»30. En cuanto al enviado especial del Figaro, Georges Dupoy, que presenció el Golpe encerrado en el céntrico hotel Crillón, desde cuyas alturas vislumbró los acontecimientos, contaba hora por hora, aquellos días trágicos de septiembre en un reportaje que sólo llegó a publicarse en la edición del 18 de septiembre del matutino galo. El 11, tras ser acribillado su hotel, fue invadido por la soldadesca –«des soudards» decía su texto, empleando una palabra despectiva generalmente usada para designar a soldados groseros y brutales (milicos)– bajo los aplausos del personal de servicio, inclusive los más subalternos, un sacerdote fue a apretarle las manos al oficial del destacamento que anunció que se revisarían las habitaciones, no sin que antes, manos arriba, fueran todos los periodistas cacheados. Cuando volvió a su habitación, el periodista Dupoy comprobó, como otros colegas, que habían desaparecido «mis últimas cajetillas de tabaco, un par de gemelos y mi dentífrico»31. El matutino conservador parisino mostró así la verdadera faz de rapiña de una soldadesca que pretendía salvar a la patria del comunismo…

Una narración negativa de la UP se creó en Francia 10 años más tarde con la llegada del socialista Mitterrand al poder. El propio Georges Dupoy fue el primero en construirla en un libro que Le Monde saludaba como imprescindible por contener información (afirmaba) de calidad ya que éste estuvo en Chile seis veces en tres años, el 4 de septiembre de 1970, cuando salió vencedor Allende, como el 11 de septiembre 1973, siendo entonces testigo menos adverso. Diez años después, la inmensa esperanza popular chilena desaparecía para dejar sitio a la afirmación que la UP había sido sólo irresponsabilidad e incompetencia: «el radicalismo de las reformas realizadas, una gestión incoherente, la presión de la extrema izquierda, las disensiones al interior de la coalición gubernativa conducen rápidamente al desastre económico, a la desagregación de la sociedad chilena y de sus instituciones» y a Carlos Altamirano se le tacha de «mal genio del régimen»32. Va sin decir que la narración se hacía ya no para hablar de Chile sino de una Francia gobernada por la izquierda33: «El gobierno de izquierda que, desde el 10 de mayo de 1981, se esfuerza por cambiar la vida de los franceses, utilizando métodos semejantes a los empleados por los marxistas en Chile, chocan con los mismos problemas. ¿Es ineluctable el proceso de destrucción de la democracia? ¿Es el socialismo compatible con el bienestar y la libertad?»34.

Lo interesante es que en 1970, a pesar de tener un gobierno de derechas enmarcado en los años duros de represión en Francia, los posteriores a la victoria de la burguesía tras los acontecimientos del mayo del 68, la posición de París frente al gobierno de la UP no fue de oposición35. A ello se deben dos razones: que el gobierno de la UP enfrentaba a los EEUU y que el gobierno de Frei había decepcionado ampliamente, al punto de considerarlo como un fracaso, como una negación de los ideales que habían llevado a Europa a sostenerlo ampliamente.

Va sin decir, que al contrario, de Menthon mantuvo una posición amistosa por no decir admirativa hacia Allende36.

Chile después del Golpe: el análisis de la diplomacia francesa

El diario de los Menthon no ha de esconder otra realidad: la cantidad de despachos e informes diplomáticos que produjo la embajada gala en momentos anteriores. Se caracterizan por un análisis de calidad de la situación. El gobierno de la UP es visto como moderado frente a los ataques estadounidenses, y los primeros meses del gobierno de la Junta son evaluados como los de un gobierno despiadado cuyos partes y bandos adoptan una fraseología incomprensible, una incapacidad en materia económica mezclada con una invalidez para crear la confianza en los sectores económicos dirigentes, y una pérdida de confianza al interior de la DC que entiende que ha sido definitivamente apartada del juego político y engañada. También aparece la desilusión de los sectores conservadores que ven la prepotencia de los militares afirmarse y mantenerse cada día más, mientras la burguesía que aplaudió el Golpe empieza a cansarse de la preponderancia de los militares y de la falta de restablecimiento de la economía37 a través de las medidas que ellos consideran oportunas.

¿Por qué Pierre de Menthon?

Los de Menthon pertenecían a una vieja familia aristocrática de la derecha católica francesa. Su padre, Henri de Menthon fue reconocido como «justo entre las Naciones» por el estado israelí al haber salvado a tres niños judíos durante la guerra mundial38. Más famoso fue François de Menthon (1900-1984), hermano del anterior –tío de Pierre-, jurista y dirigente resistente anti-fascista durante la Segunda Guerra mundial. Llegó a ser comisario de Justicia del primer gobierno de la Francia libre en septiembre de 1944 hasta el 8 de mayo de 1945, ocupándose de la condena de varios célebres colaboracionistas, pasó a fiscal en el tribunal de Núremberg, siendo uno de los creadores de la definición de crimen contra la Humanidad39.

El compromiso de Menthon con los sectores católicos ilustrados franceses queda patente en su pedido a su jerarquía de que se le mande todos los números de Témoignage Chrétien referentes al análisis de la situación chilena post 11 de septiembre40. Esa voluntad de información abarcaba otros sectores, así pidió también la entrevista de Miguel Enríquez en Libération41.

Todo eso dejar claro que el embajador Pierre de Menthon pertenecía a una familia de resistentes católicos antifascistas activos que había desempeñado un papel político en el ámbito de la Justicia en la segunda mitad del siglo xx.

Para seguir marcando elementos que faciliten entender la posición de la embajada de Francia conviene añadir, además de la ya vista posición de Francia frente a la UP, la posición de Francia frente al derecho de asilo.

Francia y el derecho de asilo

Pronto el asilo a los refugiados en la embajada francesa tras el Golpe se convirtió en asunto polémico. Fue reutilizado por parte de la derecha gala, de modo más militante que científico, mostrando un desconocimiento total de los acuerdos internacionales y de las realidades diplomáticas42.

Elevado en su reflexión, el jurista Pierre-Marie Dupuy43 señala que la duda se mantiene a cerca del carácter jurídico del «derecho de asilo», lo cual conduce a una confusión entre asilo diplomático y asilo territorial, cuanto más que ambos se nutren de consideraciones humanitarias. El territorial, otorgado por el Estado, constituye una de sus atribuciones normales, mientras que el que se consiente en las embajadas (o incluso a veces en consulados) aparece como una excepción por ser exclusividad de las competencias propias del Estado.

En Francia, el asilo era considerado como una institución caída en desuso que sólo sobrevivía en América Latina44, donde efectivamente se mantenía desde las guerras de Independencia y las contiendas entre conservadores y liberales45. Para Dupuy, el asunto de la embajada de Francia en Santiago en 1973 se convierte en caso de estudio, comparándolo con los acontecimientos acaecidos en Madrid en 1936-39, recordando que al igual que lo que ocurre en Santiago, tampoco Gran Bretaña aceptó la entrada de refugiados en sus legaciones en España.

Si Francia no reconoce este derecho de asilo, sin embargo, en el ámbito latinoamericano París considera «que esta práctica hallaba en América Latina una ocasión privilegiada de ejercicio»46. La aceptación de refugiados en una embajada es considerada como «una intervención de humanidad»47, conforme al derecho de gentes. Para Francia este derecho de asilo en embajadas era un uso propiamente latinoamericano. El 1ode septiembre de 1970, por voz del ministro francés de Asuntos externos, el gobierno galo contestaba a una pregunta del senador Rougeron «que [París] no reconocía el derecho de asilo diplomático en las embajadas acreditadas ante Estados excepto los de América Latina»48. Y el 7 de noviembre de 1973, o sea diez días después de la conferencia de prensa de Pompidou, el portavoz del gobierno49 señalaba que «Francia ha mantenido integralmente, al contrario de otros países, el principio del asilo de los refugiados políticos en su embajada de Santiago y en el territorio francés»50. Llama aquí la atención los dos marcadores temporales que parecen abarcar el tiempo del gobierno de la UP.

Para Dupuy, el hecho de que unas 5 000 personas buscaran asilo en las embajadas de Santiago obliga a volver a pensar el asunto del derecho de asilo. Siendo la embajada francesa la que recoge a más gente hasta que Edelstam se hace cargo de la embajada de Cuba, no sólo porque los golpistas amenazan con tomarla de asalto, sino también porque el fuego cruzado pasa a menudo por encima de la residencia del embajador sueco. En el período álgido, hubo en la residencia del embajador francés hasta 170 y 90 asilados en la cancillería51. Bouillane entrega estas cifras, prueba del hacinamiento: finales de septiembre 1973: 24, octubre (al llegar los primeros salvoconductos): 45, 2 de noviembre: 120, 16 de noviembre: 183, 23 de noviembre: 230. Cada refugiado que sale se encuentra con su familia el día anterior a su partida y parten.

El 10 de diciembre de 1973, la Junta declaró que ya no aceptaría pedidos de salvoconductos para salir de Chile por parte de embajadas de países que no hubieran firmado un convenio con Chile. Lo cual obviamente se dirigía a los países europeos donde las campañas de denuncia de las atrocidades de la represión gorrilla llenaban los diarios. El 12 de diciembre de 1974 se contabilizaba aún en la embajada de Francia a 124 asilados52. De hecho, la Junta postergó sucesivamente la fecha final hasta el 3 de enero, 3 de febrero, 11 de febrero de 1974.

El 25 de mayo de 197453, en la embajada francesa quedaban 11 personas, 67 en la de Venezuela, 71 en la de México. En total, la embajada gala se encargó de transitar a Francia a más de 600 chilenos, unos 60 súbditos franceses y unos 300 extranjeros no chilenos54.

En una nota de febrero de 1974, el Quai d’Orsay cifraba en 7 000 los salvoconductos otorgados, mitad de ellos para ciudadanos chilenos55. Los extranjeros a cargo del comisionado de la Naciones Unidas tenían, según orden de la Junta, hasta el 11 de febrero de 1974 para abandonar Chile; mientras que los asilados, por su condición de personas a las que la Junta quería someter a juicio se les vedaba salir. Finalmente la Junta aceptó entregarles un salvoconducto aunque no se precisaba fecha, y esta autorización de abandonar el territorio nacional podía verse acompañada de pedidos de extradición dirigidos al país de acogida.

Frente a estas acciones y cifras alentadoras cuando no esperanzadoras, la posición oficial del gobierno de Francia fue muy diferente, cargada de la mayor prudencia. La posición francesa no había evolucionado desde el siglo xix56.

La cuestión de los asilados latinoamericanos de Santiago obligó al gobierno francés a, sino esclarecer, por lo menos justificar su posición57. Para Francia, al contrario del asilo territorial, el asilo diplomático no es un derecho sino una práctica humanitaria que queda a discreción del país que lo otorga. Según Dupuy58, que cita notas, instrucciones difundidas por el ministerio de Asuntos externos, en particular las instrucciones del 1° de febrero de 1925 y del 28 de febrero de 1970 que remiten a una nota del 15 de junio de 1897 dirigida a los agentes diplomáticos de Francia en América Central y del Sur, que deja claro que París desea librarse del compromiso de convención ya que se opone a esta práctica en su territorio. Ya en 1852 y 1865, las sentencias del Tribunal de Casación francés señalaban que el asilo diplomático no se podía aplicar en Europa59.

La nota de junio de 1897 lo dejaba claro: el asilo se justifica por razones «evidentes y pujantes razones de humanidad»60 y sólo se puede otorgar a personas «cuya vida o seguridad se halla amenazada en conflictos de orden político» y con la obligación para los diplomáticos franceses de facilitar los medios para que los asilados dejen lo más rápidamente y sin peligro un refugio que sólo puede ser transitorio (momentanée)61.

Por consiguiente, descubrimos que el asilo de 1973 ya estaba contenido en directivas dadas en 1897. Cuanto más que en 1974 a una pregunta escrita de Mitterrand, el entonces ministro de Asuntos externos, Michel Jobert, precisó que el asilo «no es un derecho sino una práctica cuya aplicación es casi unánimemente limitada a los Estados de América Latina»62. Es decir que el derecho de asilo sólo puede ejercerse en países que aceptan su práctica. Dicho de otra forma, se trata de una «cortesía internacional».

La conferencia de prensa del 27 de septiembre de 1973 del presidente Pompidou es la que más quedó en memoria, y a menudo fue mal interpretada63. Y aquí aparece la otra vertiente del asunto de los refugiados: el debate que nace en el país cuyas embajadas dan refugio. Obviamente, la opinión pública, por medio de la prensa, presiona a los gobiernos para que se mantenga el asilo y se dé acogida en el país, y presiona al gobierno para que dé más detalles y aclare su posición con vistas a que este debate, esta publicidad, permita salvar más vidas. Mientras que por otra parte, al contrario, el gobierno considera que la discreción es una garantía de eficiencia, en particular en momentos de negociaciones delicadas, como en el caso de 1973 frente a una Junta que no respetaba los convenios internacionales y daba claras pruebas de su brutalidad incluso –o en particular– con personas extranjeras cuando no imponía actos de terror.

Así mismo, prueba de esa voluntad de silenciar la acción gubernativa, el Quai d’Orsay creó una serie de becas especiales para refugiados chilenos –lo cual le fue sugerido por el sindicato estudiantil francés, entonces de izquierdas– UNEF64. La respuesta de Saint-Légier, de la Direction d’Amérique, a esta propuesta era que la creación de estas becas para financiar la continuación de estudios en Francia era normal, aunque de carácter excepcional ya que, de hecho, éstas sólo se entregaban a extranjeros que eran presentados por los puestos diplomáticos y con el acuerdo de las autoridades locales. Saint-Légier consideraba que tal no podía ser el caso con el gobierno de la Junta, y que por consiguiente convenía observar la mayor cautela. Así, no convenía anunciar públicamente la apertura de un contingente especial a favor de los refugiados chilenos ya que eso podía dar paso a una reclamación («serait fondé à s’en émouvoir») por parte de la Junta y no convenía permitir que ésta entrara a igualdad en conversaciones. Por lo tanto, convenía no difundirlo en la prensa, ya que de todos modos la búsqueda de quien pudiera beneficiarse de tales becas no iba a ser difícil65.

(post)Memoria de una acción inédita

El acto de la pareja de Menthon y la realidad de los refugiados asilados en la embajada francesa, como en otras en Santiago poco después del Golpe, entra rápidamente en la consciencia colectiva europea; en particular a través de la película de Chris Marker, L’ambassade (La Embajada), realizada a finales de 1973. Llama la atención que la película fuera distribuida cuatro años antes que las memorias de Menthon. Cierto es que por los artículos de prensa, en particular de Le Monde66, se supo del asunto de los asilados en las embajadas euro-occidentales ya que la difusión de este conocimiento y de los atropellos represivos constituía un modo de presión contra la Junta y una manera de salvar vidas.

La Embajada, ficción pseudo-documental, se anuncia de modo muy quijotesco como una película de aficionado, encontrada en una embajada67. Recoge momentos de la vida de los refugiados, adquiriendo la apariencia de apuntes tomados día tras día, a modo de un diario.

Chris Marker imagina que en 1976 –sin nombrarlo– el presidente Georges Pompidou pierde las elecciones en Francia, llega al poder la izquierda y los sectores más duros de la derecha (Raymond Marcellin, Michel Poniatowski), es decir aquellos que 5 años atrás se mostraron más favorables a la represión violenta del mayo del 68, organizan un golpe de Estado en Francia, el cual obliga a militantes franceses a refugiarse a su vez en una embajada parisina. En ese ambiente represivo post 68 en el que la izquierda europea anda vencida y desorientada, la película muestra también –en el caso europeo– los límites de la militancia cuando llega al callejón sin salida que representan situaciones no sólo adversas, sino inesperadas por no haber sido previstas, frente a un ambiente represivo al que no están acostumbrados68 y al cual no se está preparado por falta de análisis previo69. Todo ello permite a Chris Marker explorar la situación de la izquierda mundial70. Y establecer una comparación entre el caso chileno y el europeo.

Últimamente, el cine acude una vez más al asunto de los asilados con la salida, en febrero de 2019, del documental del italiano Nanni Moretti, Santiago, Italia (2018) que recoge el testimonio de asilados refugiados en Italia. Pero esta vez más arraigada en el presente, es decir con la voluntad de mostrar la evolución de una sociedad italiana cada vez más xenófoba y poco acogedora71.

Tras haber visto las fuentes impresas y el contexto político galo y las resonancias en la política francesa, conviene ver de qué disponemos en materia de fuentes primarias en el acervo diplomático galo.

El Golpe

El llamamiento realizado por Allende a las 8:15 anunciando el alzamiento militar y pidiendo a los obreros ocupar sus lugares de trabajo constituye la primera mención del Golpe. Pocos minutos después todas las radios publicaban el comunicado de las FFAA que pidió la dimisión del Presidente. Las estaciones de izquierdas llamaron a la población a agruparse en el centro de Santiago para detener el Golpe, mientras un portavoz militar anónimo señaló que la Moneda había de ser evacuada antes de las once horas: «L’effervescence est grande à Santiago»72 concluye el primer telegrama del 11 de septiembre.

La dificultad para comunicar con París caracteriza los días justo posteriores al Golpe. Al haber sido cortadas73, las comunicaciones con París pasan por la embajada de Buenos Aires que el 13 de septiembre, anuncia a la de Santiago que un número de teléfono reservado a las comunicaciones militares sirve de enlace con el exterior74.

Frente a esos apuros de comunicación, su corte por los militares, la embajada tuvo que conversar telefónicamente con el cónsul de Francia en Mendoza (Argentina) quien transmitía a la embajada gala en Buenos Aires, quien a su vez comunicaba con París75. De este modo, Lacoste señaló que la situación del personal de la embajada era normal y que estaba en contacto con «numerosos turistas franceses» quienes no padecían ningún problema. ¿Quiénes eran estos «turistas»? Va sin decir que en 1973 el turismo europeo en Chile era casi nulo, es de suponer que detrás de este eufemismo se hallaban numerosos simpatizantes de la experiencia de la UP76. Estos «turistas» habían tomado contacto con la embajada «sin encontrar más problemas que los creados por el estado de sitio»77.

Winckler, cónsul de Francia en Buenos Aires, transmitió pues los telegramas de Santiago a París llegados vía Mendoza, señalando que se podía contactar la embajada en Santiago por teléfono desde el exterior y que los despachos y telegramas más consecuentes serían transmitidos cuando las comunicaciones fueran restablecidas78.

Por el canal Santiago-Mendoza-Buenos Aires-París llegó al Quai d’Osay el texto del ministerio chileno de Asuntos externos que anunciaba la constitución de una Junta por las cuatro armas, afirmaba que mantendría la política externa de Chile, en particular sus compromisos internacionales79. Los venideros acontecimientos demostrarán la falsedad de este anuncio. Lacoste pedió instrucciones para contestar al Consejo militar. En aquellos días, las informaciones acerca de Chile también llegaban a París por el intermediario de Londres80. El primer telegrama llegado directamente a París fecha del 13 de septiembre. Extenso, tras suponer que el Quai d’Orsay había sido informado por las agencias de prensa instaladas en Buenos Aires, y por la captación de la «radio oficial chilena»81, resumía los acontecimientos santiaguinos82, señalando que entre el personal de la embajada no hubo víctimas de los acontecimientos. Se daban las primeras noticias de Allende: al negarse a evacuar la Moneda, el edificio fue bombardeado y el presidente halló la muerte, «sin que se sepa aún si se suicidó (versión oficial) o si, más verosímilmente, ha sido matado por uno de los asaltantes»83. La defunción de Allende fue oficialmente anunciada por el protocolo chileno, el 14, a través de su embajada en París, sin ningún comentario acerca de las circunstancias84.

Tras los hechos, llegaba el análisis: «Al haber sido alcanzada la meta esencial de la operación –la eliminación del Presidente– quedaba a los inspiradores del golpe arrestar a los jefes de la oposición y sobretodo reducir los focos de resistencia armada que se creaban rápidamente en el centro de la ciudad y en varios barrios obreros, en particular al sur de la capital»85. Para ello, se instauró el estado de sitio, el toque de queda absoluto impuesto a las 18 horas. Santiago se convertía en «una ciudad inerte», en la que sólo se oían disparos, «muy nutridos a finales de la tarde en el centro, esporádicos después»86.

El día 12 se caracterizó por un ultimátum a las 15 h. contra «los elementos subversivos», luchas callejeras muy violentas tuvieron lugar mientras un programa único de radio difundía comunicados que enumeraban a las personas buscadas, «personalidades de izquierda o extranjeros declarado sospechosos»87, o que pretendían ser apaciguadores al aludir a la situación en el resto de Chile. Se anunciaba las declaraciones de las principales corporaciones hasta entonces en huelga, marcando con énfasis su adhesión à «la acción patriótica» de las FFAA, y llamando a sus afilados a reanudar el trabajo al día siguiente. Llamaba la atención que la gran mayoría de los componentes del nuevo gobierno fueran militares. Y, a finales del día 12, quedaba claro que el Golpe había triunfado, a pesar de que la vuelta a la normal en las regiones del centro-sur fuera incierto, y que el toque de queda, inicialmente anunciado para el 13 a las 8 se veía desplazado a las 12 del mismo. Lacoste se proponía volver en detalle sobre «los problemas ante los cuales se halló la embajada»88.

Suspendido el toque de queda, el 13 entre el mediodía y las 18 h 30, lo sería entre las 10 y las 18 h 30 el 14. La lucha callejera, violenta el 13 en el centro –el edificio de la UNCTAD fue conquistado a cañonazos– había desaparecido89. El Mercurio presentaba las adhesiones de la oposición al nuevo régimen. El Partido Nacional y la DC aprobaban el Golpe pero, al contrario del PN, la DC afirmaba su certeza de que «realizada su tarea», las FFAA «devolverán el poder al pueblo soberano para que decida libre y democráticamente de su destino»90. En Francia, el interés por la línea política de la DC se mantenía pero ésta ya aparecía en toda su ingenuidad.

El 14, a las 6, al levantarse el toque de queda, la capital parecía tranquila, daba la impresión de que la Junta controlaba la situación. Lacoste, que aún esperaba ordenes de París acerca del asilo político y de la respuesta que se había de dar a la nota de la Junta, suponía que las comunicaciones Télex serían restablecidas en el día. Los franceses en Chile no habían conocido dificultades particulares91.

El asunto de la falta de comunicación directa con París, desde la mañana del 11, por haber sido averiada por los combates en el centro, tomó otro cariz. Frente a la falta de voluntad de los servicios especializados chilenos que urgentemente tenían que arreglar la línea92, Lacoste proponía evocar el asunto ante el nuevo ministro de Relaciones externas. El empleado cifrador de la embajada gala estaba obligado a utilizar el Télex Transradio situado en el centro de Santiago, operación fácil en tiempos normales, que ahora resultaba peligrosa durante el toque de queda. El cifrador Raffanel había sido blanco de franco-tiradores, lo cual obligaba a privilegiar las horas en las que el toque de queda estaba suspendido para comunicar con París, o sea de 12 a 12 (hora francesa). Lacoste pidió que París transmitiera a Mallet, cónsul en Mendoza, cuanto había apreciado su colaboración. El 15, las comunicaciones externas, teléfono y Télex, fueron oficialmente restablecidas y de pleno uso93. Lacoste señalaba que, al disponer de otros medios de comunicación, había prescindido usar el Télex de naciones amigas.

¿Reconocimiento de la Junta?

Reconocimiento y refugiados aparecen íntimamente ligado en el juego diplomático que ambos países pusieron en marcha. La publicación por El Mercurio de un supuesto reconocimiento de la Junta por Francia a raíz de un comunicado de Relaciones externas de Chile creó un embrollo94. A partir de entonces, empezó una serie de visitas e intercambios con el contra almirante Huerta, ministro chileno de Asuntos externos, en los que Lacoste se apartó de las consignas dadas por su jerarquía ya que por una francesa radicada en Chile supo las confidencias que Bernstein95 le había hecho: «que el ministerio de relaciones externas no le daba mucha importancia a la nota en la que pedía a las embajadas que les entregara los apellidos de sus refugiados», ya que no esperaba que éstas –en particular la de Francia–colaboraran. Esto le permitió a Lacoste no referirse a la demanda chilena. Por otra parte, la acogida extremadamente «cordial y franca» que le reservó Huerta96 y el estilo directo que le daba a la entrevista oficial a solas, llevó a Lacoste a entregar información muy general, justo necesaria para facilitar futuras discusiones con el Consejo militar de gobierno97.

A diez días del Golpe, lejos de normalizarse, la situación se intrincaba. El despliegue de actividades policiacas ponía en dificultad las inmunidades reconocidas a los diplomáticos. El 19, una patrulla militar allanó la casa del encargado de cooperación técnica de la embajada gala, el automóvil de Lacoste fue registrado aquella noche en el marco de un control callejero mientras acompañaba al cifrador de la embajada. El incidente fue denunciado por el encargado militar galo ante las autoridades chilenas. El acceso a ciertas cancillerías y residencias de representantes suramericanos, la detención temporaria del cónsul honorario de Siria en Valparaíso, y otros casos, conformaban una larga lista de atropellos. Lacoste pidió al Departamento América del Quai d’Orsay documentación ya que aquella de la que disponía la representación gala era insuficiente para tratar asunto tan inédito, en particular, el estatuto de los domicilios de los miembros de la misión diplomática, el de sus automóviles y personas transportadas en estos, la modificación eventual de las inmunidades diplomáticas por el estado de sitio98.

De este rechazo y ostracismo, también era víctima la viuda de Allende a la que Lacoste remitió, el día de su partida para México, en medio de los refugiados de la embajada mexicana, un mensaje del presidente francés, Georges Pompidou, y otro del director del Departamento América del Quai d’Orsay99. Afectada, Hortensia Bussi halló palabras para agradecer y recordar a la pareja Saint-Légier100. Todo ello era prueba de buenas relaciones pasadas.

La dificultad para entrar en Chile y la ruptura de comunicaciones llevaban a los órganos de información parisinos a solicitar entrevistas a los miembros de la embajada. De acuerdo con la circular 456 del Departamento, Lacoste le pidió a René Duval, redactor en jefe de la radio France-Inter que obtuviera primero el visto bueno del Departamento América del Quai d’Orsay y que su apellido no se citara. Le entregó únicamente «indicaciones factuales» sobre la situación en Santiago101.

Frente a la imagen negativa del Golpe, la Junta intentó una operación de seducción. El 16, Pinochet declaró en televisión que Pablo Neruda «está vivo y goza del afecto de todos», lo cual le fue confirmado a Lacoste por el secretario de Relaciones externas, Carvallo, quien añadió que el vate estaba en casa «sin problemas particulares», sin embargo, el francés tuvo dificultades para comunicar por teléfono con el Nobel102...

La descripción del entierro de Neruda llama la atención ya que sale de las obligaciones diplomáticas. El lunes 24, Menthon estuvo en casa de Neruda donde se exponía el féretro. Expresó el pésame de las autoridades francesas y de sus amigos franceses, a su viuda103. El 25 estuvo en el funeral. Menthon habla de una «atmosfera irreal y triste», habiendo sido saqueada la casa poco antes de morir el vate. Entre escombros, los pocos visitantes se abrían camino. Las autoridades militares desmintieron su responsabilidad. El sepelio reunió a unos centenares de personas, la mayoría de izquierda apunta Menthon, que, a pesar de la presencia de las fuerzas del orden, cantaron antes de entrar en el cementerio la Internacional y correaron eslóganes de la UP. Estaban presentes unos cuantos hombres de letras, embajadores y Radomiro Tomic, pero muchos amigos de Neruda estaban ausentes104. El gobierno de la Junta estaba representado por unos cuantos civiles entre ellos el director general de Relaciones externas. La prensa se mostró correcta pero medida en su homenaje y hubo un corto comunicado oficial105.

La información. Prensa y opinión... política

Frente a esta aparente voluntad de comunicar, la realidad era otra. La censura sobre la información era total, los periódicos sometidos por las autoridades militares a una autorización previa de publicación. El 12, se permitió la publicación del Mercurio y La Tercera, y el 19 la del demo-cristiano La Prensa. La Nación, propiedad del Estado desde hacía 30 años, fue entregada a la Unión de Periodistas que lo volvería a sacar. Mientras los diarios estaban sometidos a censura previa, los semanales seguían prohibidos106. En cuanto a las radios, condenadas a un programa único desde el Golpe, a partir del 19 pudieron difundir un programa propio, pero sólo los tres boletines oficiales conformaban la información107. Del 11 al 19, el canal 13 de televisión se convirtió en oficial, carácter que pasó al 7, gubernamental, y al 9, recuperado por la universidad de Chile, sometidos todos a la misma censura periodística. Sólo el 18 las agencias de prensa fueron autorizadas a trasmitir al exterior sin restricción ni control. Al director de la gala AFP, le llamó sin embargo la atención el servicio de información estatal chileno ya que consideraba que los boletines de ésta «no siempre reflejaban la exacta realidad»108...

El presidente de la asociación de periodistas informó al consejero de la embajada de las repercusiones del Golpe sobre esta rama laboral. De los 32 periodistas detenidos, 28 seguían encarcelados en el Estadio Nacional. Carlos Sepúlveda los defendió el 5 de octubre ante el ministro del Interior recordando que la Junta afirmaba que no reprimía las ideas. El general Bonilla le contestó que en la semana se procesaría el caso de los periodistas detenidos, con asistencia jurídica de dos abogados, pero que otros serían deportados como lo contemplaba la legislación del estado de sitio. Se le aconsejaba, entrar en contacto con ellos y después solicitar su liberación. Menthon juzgaba a Sepúlveda sin piedad –ecordando que la Junta le había encargado la reaparición del periódico de la UP, La Nación, bajo el título La Patria– ya que parecía contemplar el destino de sus colegas perseguidos sin la menor emoción109.

A principios de octubre, a tres semanas del Golpe, un francés que habló con Frei confirmó las crecientes reticencias de ex presidente frente a nuevo régimen aunque consideraba prematuro dar a conocer su opinión y se negaba a cualquier entrevista que no mantuviera un carácter confidencial110. A finales de noviembre, Frei hizo llegar una carta en pliego cerrado a Alain Poher111 en respuesta a su carta112.

El asunto de los refugiados

El grueso de la actividad diplomática gala en Santiago tornó alrededor del asunto cada vez más apremiante de los refugiados. El 16 de septiembre, la embajada gala recibió una nota del ministerio de Asuntos externos por la cual, por instrucción especial del Consejo militar, se pedía a las embajadas extranjeras que entregaran «si lo deseasen» la lista de las personas asiladas en su misión. Conforme con las instrucciones de la nota de la dirección de Asuntos jurídicos del 20 de febrero de 1970, Lacoste proponía no contestar113.

París supo por la Cimade que varios «miles de refugiados latinoamericanos se hallaban» en Chile y corrían el riesgo de ser entregados por la Junta a sus respectivos países. El telegrama 650 señalaba que al obispado chileno le preocupaba la pérdida de territorio de asilo de estos. Todo ello era asunto del Alto Comisionado para los Refugiados (ACR), pero al ser Francia miembro de su Consejo ejecutivo, el alto comisario se dirigiría a París para que hallara países de acogida114. París recordaba que un país no podía aceptar a todos los refugiados del mundo, pero que estos habían de encontrar asilo, por consiguiente, Francia estaba dispuesta «aceptar su parte de responsabilidad en el plano humanitario y recibir a refugiados en su territorio en la medida en que otros países hacían otro tanto»115. Lo cual privilegiaba soluciones colectivas e impedía el descontento del país de salida.

El 20, el representante neerlandés reunió a los consejeros de los siete países de la Comunidad Europea con el propósito de evocar, una vez más116, el problema de los refugiados y detenidos. Se dividían los consejeros, que expusieron su análisis sobre la situación, entre los que adoptaban el punto de vista de los europeos de izquierda presentes en Chile que veían la situación como «dramática» por «los casos de brutalidades, de torturas y de ejecuciones sumarias» a los que aludieron los diplomáticos europeos y de los cuales no se podía dudar. De estos, Lacoste supo por vía directa. El encargado italiano consideraba que Chile vivía una situación semejante a la de Indonesia en 1964. Pocos europeos estaban detenidos, sin embargo, los refugiados chilenos u otros abundaban en cifras diferentes según los países. A pesar de su rechazo del derecho de asilo, Inglaterra tuvo que aceptar el asilo de un sacerdote irlandés. Numerosos hombres de Iglesia conocían dificultades, y el holandés particularmente concernido no consiguió la intervención del Nuncio que seguía manteniendo una «actitud de expectativa»117.

Parte de los representantes europeos tenía la esperanza de que las autoridades militares se mostrarían conciliadoras para obtener el tan anhelado reconocimiento internacional, lo cual facilitaría la puesta en libertad de los extranjeros detenidos. El británico señaló que el reconocimiento por parte de su Gobierno no tardaría, el alemán no disimuló que Bonn haría otro tanto en cuanto EEUU y Gran Bretaña lo hicieran. El danés, «con excelentes relaciones con los jefes de misiones latinoamericanas» afirmó que en cuanto volviera a Santiago, el embajador mejicano, ayudaría a las embajadas con dificultades ya que tenía que asegurar la salida para México de los refugiados que le serían encomendados, «tras lo cual volvería definitivamente a México»118; modo idóneo de neutralizar cualquier futura crítica chilena hacia México.

Menos conocido es la actividad de Holanda. Ya para el 19 de septiembre, a una semana del Golpe, La Haya señaló al Quai d’Orsay su intención de realizar una declaración pública en la que marcaría su preocupación por las noticias provenientes de Santiago acerca de la represión oficial o tolerada en contra de los partidarios de Allende, pidiendo que cesara las represalias y el «terror» y se respetaran los derechos humanos, tanto de los chilenos como de los extranjeros, preguntando a los franceses si deseaban duplicar esta iniciativa, una declaración pública que prescindía del asunto del reconocimiento de la Junta119. Se planteaba también por parte gala que, a pesar de noticias contradictorias, que la amenaza de extradición estaba en contradicción con la Convención de Naciones Unidas sobre refugiados políticos. La Haya preguntaba acerca de una posible mención de ellos en caso de un trámite francés al igual que del caso de Clodomiro Almeyda120.

Resistencia vs represión

Varios documentos recogen la violencia de la represión. La embajada gala transmitía la información y modo de proceder de los militares en sus tareas represivas, intentando mostrar su lógica. En la mañana del 2 de octubre, la prensa alardeó de la ejecución inmediata de 9 personas en un barrio obrero de la capital, acusadas de haber disparado contra carabineros121. Otros hechos similares habían sido relatados por la prensa en días anteriores. Las ejecuciones in situ se realizaban por aplicación de la ordenanza 24 que declaraba que cualquier ataque a las fuerzas del orden sería inmediatamente sancionado por la muerte «en el lugar mismo» del atropello122.

La resistencia translucía en el hecho de que el 4 de octubre el toque de queda fue adelantado de 22 a 20 h., hasta las 6. Se rumoreaba que se mantendría durante varios días. Ello dificultaría las labores ya que sólo el embajador, el cifrador y el consejero podrían llegar a la embajada, e implicaba que el envío de la valija sería retrasado. Los salvoconductos para los refugiados eran raros123.

Los súbditos extranjeros fueron víctimas de la represión, no sólo por parte de los militares sino también de los civiles vencedores. Los encargados cultural y de cooperación técnica (Bihoreau y Abba) tuvieron que entrevistarse con von Plessing, rector de la universidad de Concepción que, tras manifestar su interés por mantener la cooperación, señaló que sin embargo, el expediente de cada profesor extranjero sería examinado en el marco de la reorganización de la universidad. Fueron recibidos igualmente con el cónsul galo y el director del liceo francés Charles de Gaulle, por el general Washington Carrasco, intendente de la provincia, al cual tuvieron que recordar el estatuto de los cooperantes y la particularidad jurídica del liceo galo. Carrasco les aseguro que a la misión gala no se le causaría problemas, a condición de que «una perfecta neutralidad política fuera respetada por los franceses»124... Una reunión con los docentes franceses permitió tranquilizarlos. La visita facilitó la liberación de dos profesores detenidos, y la presentación ante las autoridades militares del caso de otros dos125.

En el marco de la represión aparecía el asunto de negar visado a abogados extranjeros, como en el caso de Nordmann, secretario general de la Asociación internacional de juristas demócratas, quien al llegar a Santiago el 8 de octubre con Blum secretario de la federación internacional de los derechos del Hombre, para investigar acerca de la situación chilena, fueron recibidos por varias personalidades, incluyendo Pinochet126. Al regresar pasando por Nueva York para entrevistarse con el secretario general de la ONU, la visa de entrada a EEUU le fue negada a Nordmann, como en 1971, con motivo de que no estaba invitado por la ONU… Temiendo el ruido que provocaría tal rechazo, Menthon invitaba el Quai d’Orsay a hacer lo posible para que el abogado pudiera entrar en EEUU127.

Menthon consideraba que la atención de la prensa internacional acerca de la situación interna de Chile era lo suficientemente amplia para que el Quai d’Orsay estuviera al tanto de las violencias cometidas, no era necesario reportar los testimonios que le llegaban. Calificaba esta represión de «violenta, a menudo arbitraria»128. Sin embargo, un mes después del Golpe, quedaba claro que la búsqueda de opositores era «más metódica, minuciosa, meticulosa y sistemática que al principio». La izquierda y los extranjeros vivían por consiguiente en la misma angustia que un mes atrás. Lo cual explicaba el flujo de refugiados que seguía acudiendo a las embajadas. Rogaba pues a su jerarquía que tomara en cuenta esa situación al estudiar los medios para poner en práctica esta «preocupación humanitaria» («souci humanitaire») que mencionó el 4 de octubre el presidente francés, tanto para el transporte de los refugiados por organizaciones internacionales hacia Francia como para los tramites que en Chile se había de realizar para los franceses refugiados129.

Entrando en la séptima semana después del Golpe, llamaba la atención que, lejos de apaciguarse y aplacarse, la represión crecía. El análisis anterior aparecía como erróneo ya que se había pensado que la represión apuntaba a impedir «una reacción armada de la izquierda», y por tanto sólo duraría un tiempo. Se descubría que en realidad se trataba de un proceso que la Junta no estaba dispuesta a frenar130.

La búsqueda de sospechosos, «noción vaga que se aplica tanto a los jefes de la Unidad Popular aún huidos como a simples ciudadanos víctimas de denuncias, se ha vuelto en esas últimas semanas más tenaz y sistemática»131. Con lo cual un «verdadero pánico se ha apoderado de los chilenos de izquierda», que a su vez mantenía la presión sobre las embajadas. A mediados de octubre, Menthon ofreció un panorama de la situación en varias representaciones132. En fecha del 23 de octubre, el encargado de Italia, albergaba a 170 refugiados, el de Bélgica, por instrucción de Bruselas, 60, la de Holanda estaba llena. Y a pesar de varios vuelos especiales, muchos quedaban en las embajadas sudamericanas133.

A diario se acumulaban los trámites presentado por los refugiados o por intermediarios que iban del obispo auxiliar de Santiago a un miembro de la Corte suprema (para su hijo). Menthon confesaba que respetando las instrucciones del Quai d’Orsay y apartando muchas demandas, no se podía rechazar algunas que provenían de personas muy amenazadas que, en su casi totalidad, poseían cierto vínculo con Francia –unas 60–. Éstas llegaron o llegarían en los días próximos a la residencia o a la cancillería que tenían capacidad de acogida limitada134.

El 23 de octubre, el ministro de Gobernación, Bonilla, retiró la posibilidad a las fuerzas armadas de ejecutar in situ y sin juicio a las personas «delictivas». Los allanamientos se realizarían ahora por orden de una comisión militar de alto nivel y en condiciones propias para evitar que se reprodujeran robos y exacciones «demasiado frecuentes hasta ahora». Menthon consideraba que convenía relacionar esta actitud de benevolencia («bienveillante» empleado entre comillas, más en una óptica irónica), con la entrega más liberal por las autoridades de salvoconductos a los refugiados135.

Donde se habla de guerrilla y de economía

La aparente «benevolencia», no podía esconder la violencia de la represión en provincias. Tras una estancia en la provincia de Osorno, en la zona del lago Ranco, entre el 12 y el 18 de octubre, un informe del encargado militar francés señala la existencia callada por la prensa amordazada, de operativos militares «contra grupos armados de la Unidad Popular»136. Unos comunicados llegaron a señalar el fusilamiento de «algunas personas» en Pto Montt, Valdivia, Temuco, Los Ángeles y Talca137. Varios indicios de desplazamiento de tropas llevaron a pensar que las operaciones se desarrollaban entre Santiago y Pto Montt, mientras que al norte de Santiago, por falta de organización, la resistencia era nula. El encargado francés viajó a Osorno a fin de cerciorarse de la actividad militar en una zona en la que grupos armados se habían organizado dos años atrás, entre los lagos y, en particular, la Cordillera de Nahuelbuta, sosteniendo las tomas de tierras por campesinos y fábricas por obreros138. A partir de julio de 1973, reforzados por la llegada de armas del extranjero, la actividad se aceleró, al igual que la organización.

A partir del 25 de septiembre, al haber acabado con la resistencia en Santiago, las FFAA que se concentraron en la capital salieron para el sur. Se trataba de una típica operación de contrainsurgencia en valles andinos con recolección previa de información entre la población local durante una semana, tras lo cual los carabineros cerraban los valles. Las operaciones se dieron en Traiguén, Purén, entre Temuco y Nueva Imperial, Cucarautín, lagos Calafquén y Riñihue139. Entonces entraban dos compañías que procedían a la limpieza durante 5 días. El operativo causó 150 muertos, aunque esta información no pudo ser confirmarda. Lo cierto es que no se señaló a ningún preso o herido, lo cual se explicaría por la aplicación del estado de sitio, es decir que fueron fusilados in situ. El comandante Pepe, jefe de la resistencia armada, fue fusilado en Valdivia140. El encargado militar galo, que señalaba la colaboración de la población local en la caza de los supervivientes, consideraba que el «empeño de los militares en "extirpar el marxismo"» los llevaba a envolver en el mismo silencio otras operaciones en curso, como la del lago Maihué. Los medios de comunicación controlados no presentaron la menor información sobre el operativo, lo cual se explicaba, según palabras del encargado, por la voluntad gubernamental de disimular por razones de política externa, la severa lucha contra los grupos armados de extrema izquierda141.

A finales de octubre, Pinochet declaró que el estado de sitio podía prolongarse ocho meses, pero el estado de guerra subsistiría, hablando de tres meses tremendos que iba a conocer Chile, y que el ejército acabaría con las guerrillas142. Al contrario de lo esperado, la represión sistemática se mantenía. Pero la embajada gala lo analizaba como un discurso para impresionar a la población. Cuanto más que las declaraciones del ministro de Economía, según las cuales Chile no saldría de la crisis antes de 1975, mostraban que el descontento popular seguiría. La embajada gala ponía en duda que las medidas drásticas (remèdes de cheval) empleadas para sanar la crisis económica fueran adecuadas. Con «el alza desmedida de precios» y «ninguna puesta a nivel de los salarios –aparte raras bonificaciones»–, no se conseguiría satisfacer la demanda popular. La embajada dictaminaba: «la miseria se instalará, más fuerte que nunca, sobre todo entre las clases populares». «Habrá que “apretarse el cinturón” dicen los militares»143, pero, a la gente pobre sin empleo, se añadirán aquellos que por motivos políticos pierden su empleo144.

Las dificultades transformarían la euforia de los vencedores en inquietud y críticas. El gobierno pretendía que era culpa de la UP, y llamaba al sacrificio y a prepararse a un largo periodo de autoritarismo.

Los apuros económicos y la represión contra aquellos que temían los consejos de guerra los llevaban a refugiarse en las embajadas. Ese problema del refugio en la embajada gala «durará más tiempo que lo previsto»145. Este análisis era compartido por los europeos (Bélgica, Italia, Países Bajos y Suecia).

EEUU, Gran Bretaña, Australia, Nueva Zelandia, India, Brasil, Turquía se negaba en absoluto a aceptar refugiados, y pedían el cerco policial a sus embajadas. Al contrario, Suecia, con 200 refugiados, Italia (175), Bélgica (60), Argentina (350), Venezuela, México, Honduras, etc. favorecían la apertura. Otros adoptaban una posición intermedia (Canadá, Alemania, Perú, la Nunciatura), mientras otros recibieron instrucción de sus gobiernos de abrir las puertas (Austria, Suiza, Países-Bajos, con una media de 50 refugiados). A finales de octubre, Francia acogía a 76 refugiados en la cancillería que no podía contener más, y a 15 en la residencia del embajador. A las puertas quedaban chilenos que solicitaban, 15 no chilenos a los que Menthon había prometido acogida «en tránsito» por pedido del Alto Comisionado para los Refugiados. Pronto se llegaría a unos 100146, lo máximo que los edificios podían contener. A eso se añadía el problema de los trámites para aquellos incluso que se hallaban en otras embajadas (unos veinte) o en centros dependientes del Alto Comisionado para los Refugiados (unos 300) que deseaban ir a Francia. Con lo cual se podía prever 420 casos suplementarios. Se consideraba que otros casos llegarían. Para finales de octubre, gracias a la dedicación y la eficacia ejemplar de los colaboradores de Menthon, según sus propias palabras, la mayoría de los franceses y franco-chilenos, unos 40, ya había llegado a Francia147.

Quedaban casos graves como el de un franco-chileno que había de pasar ante un consejo de guerra. Menthon dudaba que sus trámites ante el almirante Merino para obtener clemencia fueran coronados de éxito. Al igual que intercedería a favor de un preso del que no se tenía noticias, aunque su familia tenía la certeza de que estaba en el Estadio Nacional. Menthon visitó a otros cuatro franco-chilenos encarcelados148. La diversidad de los casos muestra el rompecabezas que suponía obtener algo de la administración chilena. Los casos de los extranjeros que pedían asilo en Francia eran numerosos y urgentes (alude a un telegrama 1174-1176), eran tratados con el Alto Comisionado para los Refugiados. Pero más complicado y delicado aún era el caso de los chilenos ya que se dependía de la buena voluntad de las autoridades chilenas que declaraban que se trataba para los países no firmantes de los convenios sobre derecho de asilo, de «salvoconductos de cortesía»149. Retrasos, recursos, rechazos o cambio de actitud no eran de excluir.

A finales de octubre se notaba una voluntad chilena de aclarar situaciones150. La situación vivida por la embajada francesa era idéntica a la de otros países que habían entregado listas nominativas, salvo Italia cuyo encargado de negocios acababa de recibir autorización de Roma para hacerlo. A causa de ese retraso, el número de asilados en la embajada italiana eran tan importante.

Los países euroccidentales se hallaban sin poder realizar un trámite común ya que incluso los países de la CEE adoptaban posiciones diferentes. Menthon no descartaba llegar a una posición compartida más aún si las respuestas chilenas fueran insatisfactorias151.

A mediados de noviembre se volvió a plantear el problema de los registros de automóviles diplomáticos. Una nota chilena del 24 de octubre pretendía legitimar la actitud de las autoridades, pasada y porvenir, a través de una interpretación particular de la Convención de Viena de 1961152, apoyándose en el artículo 22 que señala que el uso internacional y prácticas diplomáticas no consideran el automóvil como un lugar de asilo, y el art. 36 que señala la posibilidad de inspeccionar equipaje si existe presunción de objetos prohibidos de importación, lo cual permitía el registro y más aún en caso de que se supusiese la existencia de personas buscadas por la justicia con el propósito de facilitarles la evasión. Con lo cual Menthon, al tanto de los registros cerca de las embajadas y de los controles de identidad, dio consigna a sus colaboradores de no dar pretexto al menor incidente. Pero también preguntaba a su jerarquía en París si la posición oficial chilena era aceptable en el marco del Derecho y prácticas en las relaciones internacionales153. Este pedido desencadenó una serie de pedidos de información ante el servicio jurídico del Quai d’Orsay154.

Relaciones con los países del Este

La falta de respeto de los acuerdos internacionales y las vejaciones alcanzaron particularmente, en ese clima de anticomunismo agudo, a la embajada soviética hasta el punto que el ministro-consejero Yudinstev se abrió a Lacoste155. Afectado «por el clima de anticomunismo que reina actualmente en Santiago», objeto de vejaciones cuando salió de su embajada el día anterior, Yudintsev se interrogaba acerca del futuro de las relaciones sovieto-chilenas, cuanto más que las misiones del este europeo no habían recibido la nota del Consejo militar que informaba a las legaciones del cambio de gobierno. La expulsión de los diplomáticos cubanos le parecía un mal augurio que le llevó a preguntar al francés si, en caso de «extrema necesidad», en nombre de las excelentes relaciones entre ambos países, le sería dado pedir ayuda («faire appel»156). A la espera, si el Quai d’Orsay lo juzgara necesario, de indicaciones sobre la conducta por mantener frente a la misión soviética, Lacoste sólo pudo asegurar a Yudintsev su «entendimiento personal» («compréhension personnelle») frente a esas dificultades que juzgaba ser pasajeras157.

El 19 se anunció la ruptura de relaciones con Corea del norte. Acto poco comprensible a no ser que fuera para alagar a EEUU o pretender desempeñar un papel relevante en la geo-estrategia del Pacífico. En cuanto al futuro de las relaciones con la URSS, Huerta declaró que a pesar de que Moscú no reconociera la Junta, Chile estaba dispuesto a mantener relaciones con todos los países del mundo. La ruptura con La Habana y Pyongyang se debía, según Huerta, a la descarada e impudente intervención en los asuntos internos chilenos, añadiendo que «si la Unión Soviética no interviene, mantendremos las relaciones con ella»158. Era, sin duda, una manera de maniatar la actitud de Moscú, neutralizando posibles críticas o ayudas al PCCh. A pesar de esta aparente buena disposición, Moscú rompió las relaciones con Santiago. Según Menthon, la URSS sacaba las conclusiones del fracaso de una política que sus propios especialistas en asuntos latinoamericanos presentían desde tiempos atrás. Menthon recordaba que la URSS se había comprometido poco con la UP ya que el socialismo reformista de Allende –que intentaba mantener las estructuras capitalistas a la vez que el izquierdismo tenía el viento en popa– pareció poco realista al Kremlin que se mostró reticente en otorgar un amplio sostén financiero. Y pocos fueron los técnicos soviéticos mandados para ayudar la economía chilena159. Lo cierto era que la política independiente frente a EEUU de Allende era vista con simpatía por el gobierno soviético y sin duda por Fidel Castro, abogado de la causa allendista, y responsable de la entrega en gran número de armas soviéticas y checoslovacas a la extrema izquierda chilena, pretendía Menthon. La ruptura casi inmediata de Santiago con La Habana, la denuncia por la Junta de las fechorías del «marxismo» –«como si éste hubiera realmente inspirado el Gobierno anterior» apuntaba Menthon160– convencieron a Brézhnev que Chile volvía a ser el «coto de caza» de EEUU. Menton acababa su análisis afirmando que el hecho de que Moscú retirara, no sólo a sus técnicos, sino también a sus representantes oficiales, demostraba, si fuera necesario que América Latina no tenía nada que esperar del «dialogo entre superpotencias» encarecido por los soviéticos. Por consiguiente, la URSS, Cuba Corea del norte, la RDA y Bulgaria rompieron relaciones con el Chile de la Junta161, los otros las suspendieron. Yugoslavia, por la importancia de su comunidad en Chile pensaba mantener una representación consular, al igual que Polonia que se encargaba de las legaciones, y Rumanía que aún no se había decidido162. China mantuvo sus relaciones en un marco particular163.

¿Nuevas orientaciones en política externa?

A cuatro días del Golpe, el «Consejo Militar de Gobierno» hizo saber a París que reconocía las deudas legalmente contratadas por el Estado chileno y que «serían servidas cabalmente»164. En una entrevista televisiva, Pinochet hizo alarde de sus orígenes franceses, recordando su origen bretón en 4ª generación y que su esposa era vasca (Hiriart), lo cual le permitía legitimar su voluntad de mantener relaciones con «países amigos que desean sostenernos», y afirmar que Francia «es un país que apreciamos mucho. Por el cual tenemos un gran afecto»165.

El nombramiento de Bernstein, ex embajador en París (1965-1970), en el puesto de asesor político del ministerio de Relaciones externas, facilitó el diálogo y llevó a Menthon a recordar que con urgencia Francia deseaba arreglar dos asuntos: la liberación de los franceses aún encarcelados, y una solución positiva para las personas albergadas en la embajada. No hubo respuesta alentadora puesto que no parecía ser una prioridad de una Junta que privilegiaba las actividades militares de allanamiento y porque «la nueva administración está poco al tanto de los asuntos»166. Las líneas directoras de la Junta aparecían lentamente, condicionadas por las circunstancias y también las personalidades, se hablaba incluso de la moderación de Pinochet frente a los métodos «más abruptos del general Leigh»167.

Frente a la imagen negativa de Chile en el exterior, se presentaba la dificultad de la reunión de la Asamblea de las Naciones Unidas en septiembre ya que el acuerdo de principio firmado con el ACR podría obligar a la Junta a mejorar su imagen internacional. Por otra parte, aunque todos los países suramericanos ya hubieran reconocido al nuevo Gobierno, y el apoyo de EEUU era claro, resultaba difícil creer que Chile pudiera mantener su papel entre los países no alineados168.

A mediados de noviembre, a dos meses del Golpe, el balance sobre la nueva situación mostraba que la represión contra la izquierda se prolongaba, siempre tan fuerte, con acaso menos condenas a muerte o fusilamientos in situ. Aunque escasas informaciones que aparecían, como el ataque al polvorín de Temuco u operaciones militares en los valles del Sur, dejaban suponer el contrario169. Según fuentes fidedignas, la búsqueda represiva sistemática a nivel de las bases de la UP se ejercía sector por sector. Presos que habían sido liberados fueron apresados de nuevo. Interrogatorios que incluían la tortura, seguían siendo practicados. Los familiares no estaban a salvo, y el chantaje usado170.

El «sectarismo» se mantenía. El 17 de noviembre, El Mercurio denunciaba la franja progresista de la DC encabezada por Leighton y Tomic culpable de un «complot». La autocensura de la prensa y un pesado silencio dejaban pasar raros indicios: Leigh y Bonilla hablaban menos, mientras quedaban signos difíciles de interpretar como el reemplazo del responsable de la Corporación Agraria por un militar. En cuanto a las líneas generales de la política no aparecían.

El clima de terror aumentaba los pedidos de asilo en las embajadas occidentales, salvo las de Gran Bretaña y España que no los aceptaban, mientras las de Suecia e Italia estaban acordonadas por militares, lo cual impedía entrar. Los dos edificios franceses estaban vigilados de manera bastante eficaz. Con lo cual unas 40 personas habían saltado la valla. También convenía seleccionar y expulsar a los que no estaban realmente en peligro o que aparecían como sospechosos (suspects), lo cual no resultaba fácil171.

En la semana del 12 de noviembre, sólo 22 personas consiguieron salir. El 19, los refugiados sobrepasaban los 200, de los cuales 120 en la residencia del embajador. Más que los problemas que planteaba esa presencia, el futuro preocupaba ya que en esas condiciones adversas el flujo no disminuiría172.

Las autoridades chilenas habían aceptado la situación. Aunque hubo ataques muy violentos contra el embajador sueco, a partir de reales o supuestas violaciones de las reglas del asilo, además de alusiones pérfidas en la prensa contra otras embajadas. Sin embargo, a nivel del Ministerio de Relaciones Externas ninguna alusión provocaba inquietud, incluso la intervención ante Huerta «pareció bastante alentadora» (encourageante)173. Desde entonces se repetía que se atribuirían rápidamente salvoconductos. Los trámites seguían la lentitud de siempre y parecía que el Ministerio no tenía poder para acelerarlos. Frente a ello, numerosas preguntas se planteaban: ¿seguirían las autoridades su actitud contra los países que no habían firmado los convenios suramericanos? ¿Cómo se resolverían los casos de los chilenos buscados por delitos «al parecer» (soit-disant) no políticos?174

Se ignoraba si el protocolo chileno aludiría a estos problemas cuanto más que el 21 de noviembre se le sometería una lista de más de 70 demandas de salida, con la intención de que ciertas respuestas pendientes, algunas desde el 18 de octubre, fueran atendidas, al igual que la demanda de aflojar la guardia alrededor de los edificios franceses. De no obtener mayores satisfacciones, Menthon contemplaba la posibilidad de una intervención del cuerpo diplomático175.

El mayor incidente, el asunto Edelstam

El lunes 26 de noviembre tuvo lugar el mayor incidente, «muy desagradable que podía haber tenido consecuencias bastante serias»176. Al no poder el embajador sueco comunicarse con el nuncio, decano del cuerpo diplomático, ni el embajador de Perú, vicedecano, Harald Edelstam, tras presentarle la situación a Menthon, le pidió que le respaldara urgentemente. El día anterior, una uruguaya refugiada en la ex embajada cubana, Consuelo Alonso Freira ahora bajo protección sueca177, había sido transportada urgentemente a una clínica por hemorragia interna. El trayecto tuvo lugar tras acuerdo con las autoridades militares y bajo escolta armada. Al día siguiente se presentaron policías de paisano para llevársela para interrogarla. Advertidos por el médico, Edelstam y colaboradores acudieron. No hubo argumento que neutralizara a los policías178.

También llegaron carabineros. Los dos diplomáticos europeos insistieron para que la operación fuera postergada al lunes por el estado de la enferma como por la imposibilidad de entrar en contacto con el Ministerio chileno de Asuntos Externas. Hubo dos tentativas violentas de llevársela179.

Edelstam, que estaba en su derecho al proteger a una asilada bajo su bandera, hizo lo posible para impedir su salida. Fue atropellado y arrastrado por el suelo mientras a los suecos y Menthon se les apartaba. El diplomático galo intervino «con mucha firmeza y fuertemente»180 (très fermement et fortement) para recordar que este trato infligido a miembros del cuerpo diplomático «era inadmisible». Llegó entonces Schlaetter, representante del Alto Comisionado para los Refugiados (ACR) que señaló que al ser refugiada la uruguaya estaba bajo su protección. Con lo cual el asunto se apaciguó, pero llegaron numerosos militares que se apoderaron de la enferma. Edelstam informó al galo que, tras conversación, el director del protocolo chileno le entregó un salvoconducto para la refugiada, a pesar de que la policía consideraba que la autorización militar y la escolta armada no constituían pruebas suficientes del mantenimiento del asilo181. Al llegar el destacamento militar, estos se negaron a tomar conocimiento del salvoconducto.

Según Menthon, el asunto era tal que la prensa no lo podría callar –cuanto más que las agencias extranjeras ya lo habían difundido– pero afirmando que la actitud de los europeos constituía una provocación y la enferma, al estar en un lugar privado, ya no gozaba de impunidad. Versión que de aceptarse, pondría en peligro a los refugiados en sus trayectos al aeropuerto. Menthon calificaba el acontecimiento de inhumano, de atropello al derecho de asilo, y no era «un comportamiento normal para con diplomáticos»182. Edelstam remitiría una protesta y posiblemente varios embajadores parecían dispuestos a que se hiciera una gestión en nombre de la mayoría del cuerpo diplomático183.

A dos meses del Golpe, llamaba la atención que la violencia y la falta de respeto a la persona humana se dieran incluso hacia personas que gozaban de la protección diplomática, prueba, en caso de que fuera necesaria, que lejos de menguar, la represión se mantenía.

El Ministerio sueco de Asuntos Exteriores protestó ante el Gobierno chileno, hablando de un acto repulsivo (révoltant)184. París no tardó en contestar afirmando que el incidente en el que se vio involucrado de Menthon podía ser controvertido, tanto por su presencia como por la extensión del derecho de asilo o la intervención de diplomáticos fuera de los canales acostumbrados185. Pero lo cierto era que la policía chilena le había faltado la palabra al embajador de Suecia, se mostró inhumana en relación con la uruguaya y se comportó de manera incompatible con los compromisos internacionales. El aspecto diplomático del incidente invitaba a un trámite colectivo del cuerpo diplomático ante las autoridades chilenas, empleando estos argumentos186. El Quai d’Orsay no censuraba la participación de Menthon a éste. En caso en que el trámite no se pusiera en marcha, París señalaba a Menthon que, aunque desde el punto de vista jurídico el asunto era controvertido, podía tomar contacto con Huerta para transmitirle la emoción sentida por el Gobierno y la opinión francesa187, no sólo por el trato reservado a su embajador sino, sobre todo, porque la actuación de la policía chilena mostraba la persistencia de procedimientos propios del apremio (la précipitation) de los días que siguieron el cambio de régimen188.

El tratamiento del grave incidente por la prensa chilena189 se realizó a base de grandes titulares, silenciando o presentado para negarlas, la violencia del atropello, negando que Edelstam obtuviera de las autoridades militares el acuerdo de transferencia en clínica de la uruguaya190. El diplomático sueco entregó una nota al Ministerio de Relaciones Externas de Chile, el cual contestó presentando su versión de los hechos, hablando de intervención indebida en los asuntos internos de Chile, y que no había pruebas de que hubo actos de violencia en la clínica. No negaba que Edelstam hubiera solicitado un salvoconducto para la oriental, pero le reprochaba el no haber esperado el documento para proceder a la transferencia de la enferma191. Sin embargo, Menthon notaba que como prueba de una voluntad de apaciguamiento, el Ministerio daba a conocer que, al ser dada de alta la joven, sería entregada al Alto Comisionado para los Refugiados (ACR) con vista a su salida de la republica austral192.

Finalmente en una reunión en la nunciatura de unos veinte jefes de misiones diplomáticas y el representante del ACR, se decidió que el decano del cuerpo diplomático, junto con los embajadores de Gran Bretaña, Países-Bajos, Israel, Perú y Panamá, protestarían ante Huerta193.

El asunto fue a más. Los embajadores de Paraguay, Países Bajos y el Nuncio y se entrevistaron con Huerta. El representante del Vaticano se refirió de modo nítido al incidente al evocar la corrección para con los diplomáticos y una solución rápida para los refugiados194. El ministro Huerta anunció que Edelstam acababa de ser declarado persona non grata pero que esa decisión, que sentía, se debía a la falta de información completa de algunos militares195. En cuanto a los salvo conductos, no se entregarían pasado el 11 de diciembre a países que no hubieran firmado la convención de derecho de asilo. Lo cual planteaba el problema de la custodia de las embajadas que se verían sumergidas por un nuevo flujo antes de dicha fecha196. Los europeos llevarían ahora de modo común los trámites197. A mediados de noviembre los salvoconductos se hacían raros198.

El parte del Ministerio sueco declaró que «una vez más la acción de la junta militar demostraba su desprecio por los valores humanitarios», y que «los esfuerzos de Edelstam para salvar a seres humanos de la persecución habían recibido la total aprobación del gobierno sueco», sin embargo el embajador de Francia en Estocolmo supo, de modo privado, que ese respaldo era de fachada. Altos funcionarios le dijeron que varias veces se incitó a Edelstam a «más moderación en sus manifestaciones exteriores»199.

Asilo

Un telegrama del 24 de octubre muestra el procedimiento empleado, los trámites y el poco tiempo otorgado. Así, una demanda de salvoconductos para 29 personas mayoritariamente chilenas, 27 deseando ir a Francia y 2 al Perú que los aceptaba, constituía la tercera demanda, después de dos listas con un total de 57 personas. Valiéndose de dos listas anteriores (57 personas) y de las venideras, el director del protocolo diplomático chileno afirmó que no habría dificultades. De las 1.780 demandas ya examinadas (sin tener en cuenta a los familiares de los refugiados que salían con ellos), casi todas recibieron un trato positivo, salvo 119 que quedaron en espera. El tiempo de examen era de unos 10 días. Tras notificación de la autorización de salida, los pasajes habían de ser tomados, después el salvoconducto válido 24 horas era remitido a la embajada encargada200.

Menthon preguntó acerca de aquellos que no conseguirían salvoconducto. Le fue contestado que lo obtendrían más tarde al cerrarse la instrucción de su caso. Y en las situaciones «muy excepcionales» en que las que el inculpado fuera presentado ante la justicia chilena, a pesar de todo, podría salir para el extranjero; entonces sería objeto de una demanda de extradición. Estas explicaciones del director del protocolo, que insistía sobre la aplicación muy amplia del derecho de asilo, llevaban a Menthon a pensar que las autoridades deseaban allanar los obstáculos para que saliesen los chilenos de izquierda201.

Desde París

En París, la embajada chilena se dividía entre personal de carrera y agente temporales nombrados por la UP. El temor de los primeros era, más que una intervención externa, que estos ocuparan la embajada. Difícil sería para el gobierno francés intervenir. Otro temor era la constitución de un gobierno chileno en el exilio202 y su apoyo por la izquierda gala lo cual dificultaría el reconocimiento de facto del gobierno chileno por Francia. El director de América del Quai d’Orsay contestó que Francia no reconocía gobiernos sino que mantenía relaciones con Estados en los que ocurrían bruscos cambios de poder203. Entre fuentes exageradas de los partidarios del régimen y minimización de la Junta, París se negaba a evaluar la represión204. Su severidad era el producto de los odios acumulados durante los tres años de la UP y a «una voluntad de resistencia encarnecida de la parte de una fracción de la población que había puesto sus esperanzas en el Sr Allende»205. Chile andaba dividido por las experiencias de Frei y de Allende206, los militares unidos a pesar de lo que se dijo de la disidencia de Prats, la dictadura duraría207. Se suponía que la izquierda volvería a sus divisiones, mientras Frei hubiera sido vencedor en 1976. Pero vencido «el marxismo», los militares se sabían aprobados por el electorado conservador (21%), y no tenían razón para facilitar la vuelta de Frei al que consideraba responsable de la situación208.

Las armas ligeras cubanas no pesaban frente a un Ejército que más allá de su voluntad de acabar con la UP no poseía «las competencias necesarias para resolver»209 una «economía arruinada por la política de la UP»210, tendrían que parlamentar con EEUU acerca del cobre y negociar la deuda externa211.

Se planteaban tres problemas para París: la actitud que observar frente al nuevo régimen, los asilados refugiados en la embajada212, la xenofobia contra los profesores franceses, algunos detenidos213. El 18 de septiembre, París aceptó el anuncio del nuevo gobierno ya que convenía entrar en contacto con éste para salvar a los 13 franceses encarcelados y los extranjeros asilados en la embajada214. De no arreglarse estos asuntos, no se podía volver a relaciones normales con Santiago215.

El desorden de la UP era el producto de la «incompatibilidad entre la aplicación de un programa revolucionario y el mantenimiento de la legalidad democrática»216. La dictadura sería larga y «bastante dura». Convenía mantener una línea «no demasiado severa con la Junta» para que Europa occidental la moderara. Doloroso para la izquierda europea que exaltó en demasía «el modelo chileno», en América Latina «la línea revolucionara cubana» salía reforzada frente a la vía legal de Allende sin salida, se presentía la vuelta de los militares en Argentina217. Desaparecido el pivote progresista chileno, Cuba y Argentina volvían al aislamiento218. La reacción contra el Golpe chileno en Argentina podía reforzar la situación electoral de Perón «que aparece, no sin paradoja, como el último héroe de la democracia en esta parte del mundo»219 mientras los militares argentinos se verían alentados a restablecer el orden al no ser capaz aquel. En cuanto a Cuba, su victoria ideológica reforzaba su influencia continental220.

Mantener relaciones para salvar vidas y negocios

Para el 1° de octubre, París preparaba el porvenir de sus relaciones con el Chile de la Junta que ejerce «una autoridad incontestada» y mantenía la caza de opositores, incluso miembros del Gobierno anterior, alentando la delación por recompensas elevadas. Consideraba el Quai d’Orsay que las informaciones acerca de la amplitud y severidad de la represión eran difíciles de verificar aunque sí en los primeros días las desapariciones fueron numerosas al igual que las ejecuciones sumarias, pero que también las nuevas autoridades podían quejarse de la prensa que «acoge sin examinarlas las informaciones orientadas y las cifras excesivas que provienen de medios de izquierda»221.

Para París el porvenir de sus relaciones con el Chile de la Junta pasaba por las buenas disposiciones de Huerta para con Francia que habían de ser aprovechadas, cuanto más que sometido a «un régimen estable y autoritario», Chile iba de ahora en adelante inspirar «confianza a los financieros y a los industriales»222. Y si sus relaciones con EEUU se liberasen de la hipoteca de la indemnización del cobre, «las fuentes estadounidenses de crédito» se reabrirán y las negociaciones acerca de la deuda chilena serían más favorables. Así, Chile volvería a ser un «interlocutor serio» en las relaciones económicas internacionales. Con lo cual, Francia tendría interés en tomarlo en cuenta, aprovechando las buenas disposiciones del almirante Huerta y lo que le valía la respuesta rápida a la nota que informaba de la constitución de la Junta y la negación de París de juzgar los asuntos internos chilenos223.

Si aún era imposible concebir el grado futuro de resistencia, quedaba claro que la Junta conservaría el poder «cierto tiempo» para alcanzar «los objetivos de puesta en orden económico y moral que se fijó»224. El número de víctimas era difícil de evaluar (entre 400 y 10 000) a causa de las fuentes dispares, la represión era considerada como menor que lo que afirmaba la prensa225.

Non obstante, los testimonios directos eran tomados en cuenta por París. Una carta personal, y no un despacho, de Menthon a Saint-Légier, relataba «un testimonio visual» de un miembro del personal de seguridad de la embajada gala que presenció actos de tortura en La Serena al ir a hacerse cargo de un franco-chileno detenido y en instancias de expulsión. Al entrar a la comisaria, el guardia vio pasar a tres personas con los ojos vendados, incapaces de andar, cada uno sostenido por dos soldados226. Durante la hora del almuerzo, habiéndose detenido los trámites, aburrido, el guardia de la embajada andaba por los pasillos, cuando vio a una quincena de detenidos contra un muro, manos en la nuca, al acercarse vio a un hombre colgado de los pies, otro de torso desnudo sentado en una silla, el rostro tumefacto, otros dos, desnudos, tirados en el piso mojado, las manos en la nuca. El guardia fue inmediatamente empujado a fuera por dos militares. Menthon escribía a su superior que si le transmitía tal testimonio es que se juntaba a otros muchos que le llegaban, y que si no todos eran fidedignos, «la proporción de los que merecen ser considerados ya no deja lugar a dudas acerca de la realidad y la importancia del fenómeno» de la tortura227.

El abastecimiento era mejor que en tiempos de la UP, sin que se buscaran las razones. Se analizaba que, extrañados por la falta de resistencia, los militares consideraban que las acciones llegarían después, lo cual legitimaba mantener la represión, prueba de ello, el toque de queda adelantado228. La derecha consideraba a Frei responsable de la situación, su carrera política era por consiguiente acabada, lo cual reforzaba la idea que los militares se mantendrían largo tiempo en el poder229. Se notaba que la prensa, los sindicatos y las universidades latinoamericanas habían sido más virulentos en sus condenas que los Gobiernos, más mesurados, pero que, al contrario de las reacciones en Europa, éstas no se habían prolongado230. Finalmente, París consideraba que el callejón sin salida de la degradación económica de la UP había conducido al Golpe, pero que nadie se esperaba a tal violencia y brutal represión que sorprendieron cuanto más que «el talento político personal» Allende supo, en condiciones similares, capear situaciones tan difíciles231.

Un nota del 7 de Diciembre muestra sin embargo el análisis erróneo –frente a la realidad histórica que aparecerá después– llegando a considerar, a partir del análisis de Menthon, que el alarde nacionalista de la Junta era «un sentimiento de orgullo nacional»232 avivado por la soledad internacional en la que se hallaba por el rechazo mundial y la campañas de prensa. El peligro era que esto condujera a la Junta a aliarse con el campo duro de la derecha americana, Brasil, Bolivia y Paraguay. En su análisis, el Quai d’Orsay llegaba a afirmar que esta evolución sería cuanto más deplorable que no correspondía «a la tradición histórica de este país» y democrática de la derecha chilena233. Criticaba la prensa mundial, y en particular la francesa, que «da a pensar que Chile está bajo el mando de una extrema-derecha dispuesta a todo para conservar sus privilegios»234, mientras, según París, la mayoría de los chilenos consideraban que habían escapado, primero al caos, y después «a la dictadura marxista». París equiparaba al gobierno de la UP, que hubiese llevado a una dictadura, y a la falta de libertades, con la represión en curso en Chile. En consecuencia, París se proponía usar de su influencia para «alentar a los nuevos dirigentes a eliminar de su política los aspectos que, de prolongarse, nos llevarían a alejarnos de ellos»235. De convencerlos, París conseguiría acabar la misión humanitaria que «nos hemos asignado», a la vez que las posiciones culturales y económicas galas quedarían preservadas236. Para ello, se apostaba en el apoyo de Bernstein, «perfecto diplomático […] que supo hacerse apreciar por su viva inteligencia y una educación profesional que lo elevaba muy por encima de todos sus colegas latinoamericanos»237, y cuyo gran conocimiento de los medios franceses facilitaría el hacer pasar el mensaje hasta la Junta. El Quai d’Orsay proponía organizar un encuentro «discreto» entre Bernstein y el ministro francés de Asuntos exteriores…

El 7 de diciembre en París, se consideraba que la represión se mantenía, la Junta temía tanto las acciones armadas de resistencia, como, nuevo actor, el descontento de los sectores populares que sufrían de «los sacrificios impuestos con vistas a una recuperación económica» que se vería facilitaba por la ayuda anunciada por EEUU, Brasil y el FMI238. En ese día marcado por la ocupación durante una hora de la embajada de Chile en París por «el comunismo internacional» que denunciaba el ministerio chileno, París recapitulaba la labor de evacuación de los asilados en su embajada en Santiago. Unos 40 franceses considerados como en peligro habían sido evacuados en el mes que siguió al Golpe. Hasta el 12 de diciembre, 185 chilenos se habían instalado en Francia y 248 de otras nacionalidades de los, respectivamente, 495 y 262 autorizados a salir para Francia. Es decir que de los 324 refugiados que quedaban por ser acogidos, unos 200 aún estaban en los edificios franceses de Santiago. El gobierno chileno denegaba cualquier salvo-conducto pedido después del 11 de diciembre para los países que no hubieran firmado convenciones de asilo político, por lo tanto Francia239.

Epílogo

Queda otro problema: ¿quién pagó por el mantenimiento de los asilados? Jean Mendelson, ex primer secretario de la embajada de Chile en 1985, encargado de los archivos del Quai d’Orsay (2006-2010), halló una nota de 1974 destinada a la dirección de asuntos financieros del Ministerio, que explica la fuente de los subsidios necesarios para nutrir, ayudar, vestir, curar a los centenares de asilados. Obviamente no había rúbrica prevista para ello en el presupuesto de la embajada. En un primer tiempo, el personal diplomático galo pagó de su bolsillo, al cabo de unos días el ministerio mandó los fondos necesarios a través del marqués Gilbert de Chambrun, quien, joven diplomático en el Vaticano en 1934, descubrió con horror el régimen fascista italiano, y fue resistente desde 1941, diputado aparentado comunista tras la Liberación (Maitron). En total, unos 52 500 francos. Queda la incógnita de saber de dónde procedía este dinero. Parece que Michel Jobert, a la sazón ministro de Asuntos Exteriores, los sacó de los fondos especiales, oficialmente llamados créditos personales240. Si bien por una parte el régimen francés mantenía un discurso anti allendista de uso político interno frente a la unidad de las izquierdas en el marco del Programme commun, a la vez mostraba una cara más amable y solidaria por otra.

Conclusión

La primera parte nos permite confirmar que la situación de la embajada de Francia a raíz del 11 de septiembre no fue peor que la de otros países que experimentaron agresiones, asesinatos de refugiados y violación de sus recintos y derechos. La actuación del personal diplomático francés (como de otros países) es excepcional. Sin duda, a pesar de las diferencias ideológicas y de la visión económica divergente existía aún, en la Francia de 1973, 28 años después de la Segunda Guerra Mundial, ciertos reflejos frente a actitudes de opresión sistemática, de búsqueda y acoso a las personas, de campos de concentración/exterminio, de ejecuciones y desapariciones. El asunto de los refugiados obedece tanto a la represión como al chantaje (entrega de salvoconductos) que ejerce la Junta con vistas a presionar la comunidad internacional e imponerse ante ésta, y, en un primer momento, obtener un reconocimiento mundial, como modo de autolegitimarse.

El análisis ofrecido por los actores diplomáticos, permite entender el interés por la experiencia allendista como el rechazo de la política democristiana que ha defraudado cuando más que se tiene conciencia de la necesidad de transformaciones sociales y económicas reales. El Golpe da a entender el final de una época política chilena, el final de la DC, y, a nivel latinoamericano, el reforzamiento de la opción revolucionaria frente al fracaso de las transformaciones por vía electoral, lo cual no es del agrado de París. Es interesante notar que el asunto chileno, a pesar de dos fracasos, es utilizado para reforzar la idea gaullista de independencia entre y al interior de los bloques, y de ilustración del fracaso de la coexistencia pacífica. Se nota que no hay condena clara de EEUU y mención precisa de su papel en el Golpe, al menos en la documentación hasta hoy disponible. Obviamente, el papel de la URSS y de Cuba es rechazado.

El análisis de Paris es deficiente en cuanto a la naturaleza exacta del régimen de la Junta y de sus actuaciones futuras (internacionalización de la represión en el Cono Sur), pero sus repercusiones sobre la potencia argentina se vislumbran aunque de modo defectuoso. Se nota una dificultad para entender la amplitud de la represión que se pensó ser pasajera justo con vistas a impedir la resistencia. Sin embargo, su brutalidad queda patente.

Más que una condena, se intenta proyectarse hacia el futuro, al igual que se toma en cuenta la situación internacional, en particular el sentir de los colegas europeos. La visión y la solidaridad de Menthon difiere totalmente del análisis de sus colegas del Quai d’Orsay que más que concentrar el enfoque sobre el presente, intentan construir relaciones futuras con Chile. Para ello privilegian las redes de contactos con diplomáticos o militares que han estado en Francia y son apreciados por su profesionalismo.

La ayuda a los asilados, que se centra primero sobre los franco-chilenos y después sobre los extranjeros refugiados en Chile, obedece a la voluntad y necesidad de cumplir con los acuerdos internacionales, en primer lugar el compromiso con la ACR ya que Francia es miembro de su Consejo ejecutivo. Queda patente la voluntad de acoger a refugiado cuyas vidas peligran, pero con la idea de que estos serán repartidos entre los países eurooccidentales.

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Fuentes audiovisuales

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Prensa

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Le Monde 08/11/1973

Le Monde, 21/01/1972.

Santiago

FERNÁNDEZ OÑA Luis y SOTO Hernán, «El yerno cubano de Salvador Allende», Punto Final, no 647, 07/09/2007.

Notes

1 «De niño, con mis padres, estuve en la Embajada de Francia en Chile en aquella época, aún poseo un osito de peluche que, según me dijeron, me regaló Mme De Menthon, me hubiese gustado entrar en contacto con ella para decirle que no la olvidamos…», (traducimos) Pavel Castillo Labrin, Le petit journal, le média des Français et des francophones à l’étranger. «Coup d’État 1973 – Un témoignage français», http://www.lepetitjournal.com/santiago/societe/histoires-traditions/224762-coup-d-etat-1973-un-temoignage-francais [consultado el 05/07/2016]. Comentario hoy retirado, guardamos constancia de él. Retour au texte

2 «La presión internacional permitió la liberación de presos políticos. Sin embargo, entiendo mal porqué esta misma comunidad dejó que se masacrara a un pueblo, sin intervenir», (traducimos) palabras de Rigo Mansillo en la entrevista dada a Margaux Monneraud, p. 115. De la contestation de la dictature de Pinochet à la transmission de la mémoire : le cas des exilés chiliens en France. Un engagement au service d’un idéal de justice, Institut d’Études Politiques de Lille, tesina Master Conflits et Développement, director Sierpe, 2012. Entre julio y octubre de 1974, Bouillane que ya se encargó de la embajada tras el Golpeestuvo de embajador pro tempore, criticó más tarde esta discreción propia de la acción diplomática afirmando que a nivel político se hubiese apreciado oír, palabras que condenaran claramente el Golpe y esas séquelas de las que todas las embajadas europeas dieron abundantemente cuenta: «sin duda una mayor firmeza para con la Junta hubiese sido posible y deseado» (p. 68). Retour au texte

3 Marie-Christine Volovitch-Tavares, «L’accueil en France des réfugiés après le 11 septembre 1973», Hommes et migrations, no 1305, 2014, p. 49-56. Nicolas Prognon, «L’exil chilien en France du coup d’état à l’acceptation de l’exil : entre violences et migrations», Amérique Latine. Histoire et Mémoire. Les Cahiers ALHIM, no 21, 2011. Retour au texte

4 Pierre de Menthon, Je témoigne. Québec 1967, Chili 1973, Paris, Éditions du Cerf, 1979. Es conocido en español por la edición y traducción que hizo Luis Pradenas Chuecas («Le témoignage des diplomates français face au coup d’État civilo-militaire. Ambassade de France. Santiago du Chili, septembre 1973 », en OBREGÓN ITURRA Jimena Paz y MUÑOZ Jorge R. (dirs), Le 11 septembre chilien. Le coup d’État à l’épreuve du temps, 1973-2013, Rennes, Presses universitaires de Rennes, 2016, p. 321-337) para el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos de Santiago en 2013 bajo el título El asilo contra la opresión. Publicado en Chile: https://ww3.museodelamemoria.cl/publicaciones/el-asilo-contra-la-opresion/ [consultado el 01/02/2021]. Versión PDF: https://ww3.museodelamemoria.cl/wp-content/files_mf/1550099109LIBROASILOCONTRALAOPRESIONWEB.pdf [consultado el 01/02/2021]. Retour au texte

5 Según lo que reza la reseña de Louise Louthood publicada en Études internationales, vol. 11, no 1, 1980, p. 194. Retour au texte

6 Roland Husson (Paris 1934-2013) diplomático francés, es agregado cultural de la embajada de Francia en Santiago durante tres años y tres meses, entre junio de 1973 y agosto de 1976 en que parte para… Washington. Es testigo del Golpe, mantiene la actividad cultural de la embajada durante la dictadura, participa en la organización del exilio de chilenos hacia Francia, en particular de artistas. Dejó testimonio de su actividad en su obra escrita Nous avons mal au Chili, Paris, Éditions Syllepse, 2003 (Nos duele Chile, Santiago, Editorial Cuarto Propio, 2010) y en una película documental Un Diplomate Français à Santiago, realizada por Patricio Paniagua Giannini en 2009, 52 min. https://www.youtube.com/watch?v=RjSgLQDUKDw [consultado el 16/05/2021]. Retour au texte

7 El entonces Primer secretario de la embajada francesa en Santiago entre 1971-1973 (sale de Chile al día siguiente del entierro de Neruda al que asiste) es entrevistado por el Prof. Maurice Vaïsse el 10 de septiembre de 2013, 19:13 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=qlCp71IBve8 [consultado el 17/05/2021]. Los sitios que aparecen a continuación fueron consultados en mayo de 2019. Retour au texte

8 Jean-Noël de Bouillane de Lacoste, «Santiago du Chili 1973. Trois mois insolites dans la vie d’une ambassade», Revue d’histoire diplomatique, no 1, 2013, p. 56-68. Retour au texte

9 Eric Hobsbawm, ¡Viva la Revolución! Sobre América Latina, Barcelona, Crítica, 2018, p. 438. (Viva la Revolución. On Latin America, Londres, Abacus, 2016). Retour au texte

10 Tomaso De Vergottini, Miguel Claro 1359. Recuerdos de un diplomático italiano en Chile 1973-1975, Santiago, Atenea, 2018. Retour au texte

11 Italia tampoco reconoció a la Junta. Véase, del entonces ayudante del embajador de Italia en Santiago, Emilio Barbarini, Chi ha ucciso Lumi Videla? Il golpe di Pinochet, la diplomazia italiana e i retroscena di un delitto, Milano, Mursia, 2012. Retour au texte

12 El asunto provocó amplios debates, en particular acerca de la relación entre la posición política de Videla en el MIR y la presencia en la embajada de familiares de altos dirigentes miristas. Retour au texte

13 «A 40 años de su asesinato. La viñeta de Lukas en El Mercurio que se burló del crimen de Lumi Videla», El Mostrador, 04/11/2014, https://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2014/11/04/la-vineta-de-lukas-en-el-mercurio-que-se-burlo-del-crimen-de-lumi-videla/ [consultado el 29/06/2021]. «El día en que El Mercurio se burló de la muerte de Lumi Videla con un cruel dibujo de Lukas», El Desconcierto, Santiago, 09/09/2018, https://www.eldesconcierto.cl/nacional/2018/09/09/el-dia-en-que-el-mercurio-se-burlo-de-la-muerte-de-lumi-videla-con-un-cruel-dibujo-de-lukas.html [consultado el 29/06/2021]. Retour au texte

14 Fernando Camacho, «Los asilados de las Embajadas de Europa Occidental en Chile tras el golpe militar y sus consecuencias diplomáticas: El caso de Suecia», European Review of Latin American and Caribbean Studies, no 81, 2006, p. 21-41. Retour au texte

15 «Asilos en dictaduras: chilenos en la embajada argentina», Perfiles Latinoamericanos, vol. 24, no 48, 2016, p. 83-109. Retour au texte

16 La doctrina diplomática establecida por Genaro Estrada (1887-1937), ministro mexicano de Asuntos externos niega que un tercer gobierno pueda hacerse con el derecho a declarar que un gobierno es legítimo o no. En consecuencia de lo cual, la doctrina considera que existe por derecho, la libre determinación de los pueblos y que no puede aceptarse intervención en los asuntos internos de los Estados. Retour au texte

17 Al estar controlado por el encargado de negocios el asunto de los refugiados, la situación de los refugiados se degrado hasta el punto que, desde Argentina, el ex embajador enviaba paquetes de alimentos. Retour au texte

18 En 1975, Pinochet es decorado por el gobierno peronista de Isabel Martínez con la Gran Cruz de la Orden de Mayo por sus méritos militares [sic]. María Cecilia Azconegui («El gobierno peronista frente al exilio chileno. La experiencia de la red nacional de asistencia a los refugiados (1973-1976)», Izquierda, no 26, 2016) señala varios acontecimientos que prueban la sintonía ideológica entre los dos gobiernos a ambos lados de los Andes: prohibición de actos en solidaridad con el pueblo chileno, visitas a Chile del ministro de Defensa Adolfo Savino –ligado al lopezrreguismo– y del comandante en jefe del Ejército argentino, general Leandro Anaya un mes después del asesinato del general Prats. Así mismo, los 06/11/1974 y 09/12/1975 los delegados argentinos se opusieron a las resoluciones de las Naciones Unidas que condenaban al gobierno golpista de Pinochet por «las constantes y flagrantes violaciones de los Derechos Humanos y libertades básicas» e invitaban a Santiago a «respetar en forma total los principios de la Declaración Universal de los Derechos Humanos» y «adoptar todos los pasos necesarios para restaurar y salvaguardar los derechos humanos básicos y libertades fundamentales» (Francisco Corigliano, «Las relaciones entre Argentina y Chile 1973-1976: El doble canal de vinculación», POSTData Revista de Reflexión y análisis político, no 8, 2002, p. 159-195.). Retour au texte

19 «El yerno cubano de Salvador Allende» entrevista a Luis Fernández Oña por Hernán SOTO, Punto Final, no 647, 7 de septiembre de 2007. Retour au texte

20 Fernando Camacho Padilla, «Las relaciones entre Chile y Suecia durante el primer gobierno de Olof Palme, 1969-1976», Iberoamericana, vol. 7, no 25, 2007, p. 65-85. Retour au texte

21 Ulises Estrada Lescaille, «La muerte de Allende fue un acto de combate», Tricontinental, vol. 37, no 157, 2003, p. 3-11. En «Recuerdos de aquel 11 de septiembre», Ulises Estrada Lescaille, CEME, Archivo Chile, habla de ocho bombas. http://www.archivochile.com/Experiencias/test_relat/EXPtestrelat0008.pdf [consultado el 15/06/2021]. Retour au texte

22 «El yerno cubano de Salvador Allende» entrevista a Luis Fernández Oña por Hernán SOTO, Punto Final, no 647, 7 de septiembre de 2007. Retour au texte

23 Según la expresión de Jorge Gustavo Leigh Guzmán, comandante de la Fuerza Aérea y miembro de la primera Junta. Retour au texte

24 Los de Menthon están ausente del 1o al 21 de septiembre, en julio de 1974 dejan el puesto. Retour au texte

25 El primer ministro Pompidou (1911-abril 1974) mantuvo una entrevista con Bernstein el 4 de mayo de 1965. Entre las personalidades relacionadas con Chile recibidas por el presidente Pompidou, cabe destacar: el 3 de octubre de 1968 Radomiro Tomic; el 26 de marzo 1971, el embajador Neruda presenta sus credenciales; en 1972, el 24 mayo Clodomiro Almeyda, ministro de Asuntos externos de Chile, el 29 mayo de Saint-Légier embajador francés en Chile, 26 de octubre 1972 Neruda, el 2 de abril Pierre de Menthon. Antes de salir para Chile, de Menthon conoce a Neruda en la embajada de París. El 19 de febrero 1974, el nuevo embajador de Chile presentó sus credenciales. Pompidou –cuyo padre era profesor hispanista (creó un diccionario) – publicó una antología de poesía francesa, mantenía una relación intelectual particular con Neruda. Pompidou se hallaba en visita oficial en China cuando el Golpe en Chile. Retour au texte

26 Esta incapacidad para gestionar los conflictos sociales de una manera moderna se repite a principios de marzo de 1969 con la matanza de Puerto Montt-Pampa Irigoin cuando 90 familias sin alojamiento ocupan en toda legalidad un terreno baldío. Tras negociaciones de 4 días, al amanecer del 5o, sin aviso, las fuerzas del orden atacan provocando la muerte de 11 personas entre las cuales un recién-nacido de 9 meses asfixiado por los gases y un anciano. El ministro de gobernación democristiano culpa a los socialistas lugareños de los dramáticos acontecimientos; al contrario, las juventudes democristianas se apartan afirmando que esto es el producto de una deriva autoritaria de un gobierno cuya política es cada vez más alejada de los intereses populares. La imagen del gobierno de la Revolución en libertad salió totalmente manchada y desprestigiada. Retour au texte

27 Ver Jerome Levinson y Juan De Onís, La Alianza extraviada. Un informe crítico sobre la Alianza para el Progreso, México, Fondo de Cultura Económica, 1972. Ya para 1964, el análisis económico del Quai d’Orsay apuntó las incoherencias e irrealidades del plan de la administración Kennedy. Retour au texte

28 469, Note, Commande du réacteur chilien de recherche en Angleterre, Paris, 27 décembre 1968. Documents diplomatiques français : 1968 (1er juillet-31 décembre), vol. 2, Paris, ministère des Affaires étrangères, p. 1028. «Attitude du gouvernement chilien […] peu amicale et je pense que, le cas échéant, nous devons le lui faire comprendre». Retour au texte

29 Pierre De Menthon, Je témoigne, p. 34-35; Jean-Noël de Bouillane de Lacoste, «Santiago du Chili…», p. 55. Retour au texte

30 «Il est profondément pénible d’assister à ce naufrage, à cette rupture d’une longue tradition démocratique qui était le plus beau titre de gloire du Chili», Philippe Nourry, «Éditorial», Le Figaro, 12/09/1973. Retour au texte

31 Véronique Laroche-Signorile, «11 septembre 1973 : le général Pinochet prend le pouvoir au Chili», Le Figaro, Paris, 10/09/2018, recoge los artículos de entonces. https://www.lefigaro.fr/histoire/archives/2018/09/10/26010-20180910ARTFIG00233-11-septembre-1973-le-general-pinochet-prend-le-pouvoir-au-chili.php [consultado el 17/09/2022]. Retour au texte

32 «Le radicalisme des réformes entreprises, une gestion incohérente, la pression de l’extrême gauche, les dissensions à l’intérieur de la coalition gouvernementale aboutissent rapidement au désastre économique, à la désagrégation de la société chilienne et de ses institutions» reza la carátula de la portada. Retour au texte

33 J.-P. C., «“La Chute d’Allende”, de Georges Dupoy», Le Monde, 12/09/1983. La difusión de la obra fue inmensa, llegando André Kuczenwski de Administration and Policy Studies de la universidad de McGill, Montréal, a construir un relato según el cual, si bien Allende mejoró la calidad de vida de la población, tenía tendencias autoritarias : «Il retira à ses opposants politiques tout droit à la participation électorale et accusa ses détracteurs – qui, dans la grande majorité des cas, étaient des hommes et des femmes de bonne volonté ayant des idées sensées – d’être des agents de l’impérialisme américain», y pretendía que «Les doléances et les critiques légitimes formulées contre les fréquentes attitudes anti-démocratiques d’Allende étaient réelles et non concoctées dans les bureaux clandestins de la CIA.», con lo cual se rizaba el rizo para concluir (que no demostrar…) que Allende era responsable de su «derrota», lo cual, a su vez, justificaba la intervención yanqui que fue menor de lo que se afirmó según el docto profesor canadiense. Va sin decir que este punto de vista era totalmente opuesto al de la embajada francesa. Dupoy y Kuczewski muestran cómo, al cabo de menos de 10 años, las embajadas pinocheistas consiguieron difundir su propaganda y construir el relato justificante del Golpe y de la necesaria salvación porque podía haber sido peor, relato justificador ya elaborado por el franquismo en su tiempo. André Kuczenwski, «Compte rendu de Dupoy, Georges. La chute d’Allende. Paris, Éditions Robert Laffont, 1983, 321 p. », Études internationales, vol. 16, no 2, 1985, p. 442. Retour au texte

34 Carátula citada. Retour au texte

35 En tanto que ministro de la Economía, Pompidou fue el principal artífice de esta victoria, negociando con los sindicatos galos los Acuerdos salariales de Grenelle que llevaron a separar a los sindicatos de sus bases obreras. Sobre la mirada del embajador chileno Bernstein sobre el mayo del 68 y la figura victoriosa de De Gaulle, ver de la Llosa, «Le mai-juin 1968 français vu à travers les documents diplomatiques de l’ambassade du Chili à Paris», de próxima publicación por la PUR de Rennes. Retour au texte

36 Pierre de Menthon, Je témoigne, p. 40-43. Retour au texte

37 «Note», sin no, «A/S. Chili», Paris, 8 février 1974 : MAE, Amérique 1971-1975, Chili, 109 – 7.1 «Politique intérieure», 8 octobre 1973-avril 1974. Retour au texte

38 «Henri de Menthon (homme politique)», Jean Jolly (dir.), Dictionnaire des parlementaires français (1889-1940), París, Presses universitaires de France, 1960. Retour au texte

39 Tras la caída del gobierno de Gaulle en 1946, se retira de la política, pierde su puesto de ministro de Justicia pero sigue una carrera política siendo uno de los fundadores del MRP (movimiento republicano popular), considerado como el partido demócrata cristiano francés. Pero en 1958, al volver el general de Gaulle a la política, su desacuerdo con éste acerca del futuro de la Comunidad Europea como del proceso de descolonización de Argelia, lo lleva a alejarse definitivamente de la política activa. Retour au texte

40 Santiago, 12 de octubre de 1973, telegrama 1367, de Menthon à Michel Jobert, ministre des Affaires étrangères, as: Demande de numéros de «Témoignage Chrétien». Retour au texte

41 Santiago, 19 de octubre de 1973, telegrama 1434/IP, de Menthon à Michel Jobert, ministre des Affaires étrangères, as: Interview de M. Enriquez par le journal Libération. Retour au texte

42 Anita Dos Santos, «Solidarité et complaisances : Deux visages de la diplomatie française des années 1970 et 1980», Histoire et Liberté. Les cahiers d’histoire sociale, no 32 2007, p. 91-97. El artículo acusa de izquierdismo a la diplomacia francesa por ser complaciente con los refugiados-asilados latinoamericanos y no aplicar este mismo derecho para quien en China, URSS, Cuba, Vietnam se refugie en las embajadas francesas… Retour au texte

43 Pierre-Marie Dupuy, «La position française en matière d’asile diplomatique», Annuaire français de droit international, no 22, 1976, p. 743-755. Artículo cuanto más interesante que recoge parte del debate en la ONU acerca de la validez del derecho de asilo en América Latina. Retour au texte

44 Ch. De Visscher, Théories et réalités en droit international public, Nancy, A. Pédone, 1960. Retour au texte

45 Derecho que está jurídicamente enmarcado por las convenciones de La Habana (1928) firmada por 15 Estados, la convención complementaria de Montevideo (1933) entre 14 Estados, el tratado de Montevideo (1939) sobre asilo y refugio políticos concierne 6 Estados, y la convención de Caracas (1954) que reduce a 11 Estados su observancia. Retour au texte

46 «Que cette pratique trouvait en Amérique latine une occasion privilégiée d’exercice». Pierre-Marie Dupuy, «La position française…», p. 747. Retour au texte

47 Pierre-Marie Dupuy, «La position française…», p. 747. Retour au texte

48 Pierre-Marie Dupuy, «La position française…», p. 747. Retour au texte

49 A la sazón Jean-Philippe Lecat. Le Monde 8 de noviembre de 1973. Retour au texte

50 Pierre-Marie Dupuy, «La position française…», p. 747. Retour au texte

51 Le Monde, 03/01/1974. De estos 260 refugiados 45 era de nacionalidad chilena. Yannek E. Smith (Una perspectiva institucional del proceso de asilo para los refugiados y perseguidos políticos en Chile después del golpe de Estado, Santiago, Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, 2013, p. 12-13) señala que solo hubo 51 franceses que tuvieron que salir de Chile tras el 11 de septiembre; siendo los brasileños (688) y los uruguayos (619) los grupos nacionales más importantes. Los países que aceptaron a más refugiados, entre el Golpe y octubre de 1974, o sea en un año, fueron Argentina 902, Francia (854), México (805), Suecia (649), Alemania del Oeste (594), Panamá (436), Cuba (374), URSS (263), Venezuela (249), Italia (228), Holanda, Perú, España, Colombia, Austria entre 200 y 150. Retour au texte

52 61 en la Cancillería y 63 en la residencia del embajador francés. Retour au texte

53 Tres el 07/06/1974. Retour au texte

54 Le Monde, 03/01/1974. Retour au texte

55 «Note», sin no, «A/S. Chili», Paris, 8 février 1974: MAE, Amérique 1971-1975, Chili, 109 – 7.1 «Politique intérieure», 8 octobre 1973-avril 1974.O sea, según reza el documento, a extranjeros puestos bajo la protección del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados en su calidad de extranjeros o a personas amenazadas que han recibido asilo en las embajadas. Con lo cual conviene diferenciar a los extranjeros que naturalmente, a pesar de las condiciones adversas han de poder volver a su país, o a un tercero en caso de que su seguridad no estaría ya asegurada en éste, y los chilenos cuya vida peligra en su propio país. Retour au texte

56 Pierre-Marie Dupuy, «La position française…», p. 748. Retour au texte

57 También a nivel internacional con el debate de la Sexta Comisión de la Asamblea general de las Naciones Unidas (sesión 29o-6a comisión; 10 de noviembre de 1975) tras la posición australiana, permitió a Francia reafirmar su posición. (Pierre-Marie Dupuy, «La position française…», p. 750-752). Retour au texte

58 Pierre-Marie Dupuy, «La position française…», p. 748. Retour au texte

59 Eso era evidentemente para no provocar problemas en una Europa entonces sometida a guerras dinásticas e intervención de Estados en las contiendas entre conservadores y liberales, monárquicos y republicanos. Retour au texte

60 «Évidentes et pressantes raisons d’humanité.» Retour au texte

61 Pierre-Marie Dupuy, «La position française…», p. 748-749. Retour au texte

62 Pierre-Marie Dupuy, «La position française…», p. 749. Retour au texte

63 En la conferencia, el periodista Andrieu de L’Humanité, órgano del PCF, preguntó, tras evocar la represión, acerca de la falta de condena de ésta por parte de París. Pompidou habló de Checoslovaquia, precisando la diferencia entre un golpe de Estado y una intervención extranjera, para subrayar que Francia no reconocía gobiernos sino que tenía relaciones con países. Aludió a los asilados en la embajada gala. El resto fue un largo alegato contra la política de Allende que le servía en realidad para criticar la oposición de izquierda en Francia y sus proyectos, afirmando que no convenía buscar modelos externos. El rechazo de Allende por el presidente galo quedó claro. El 9 de septiembre 1973, el primer ministro Messmer equiparó la política de Allende con la de Pinochet, declarando negarse a «empezar una cruzada ideológica contra las autoridades chilenas». Sin embargo, la condena del Golpe por su ministro de Ultramar, el centrista, Bernard Stasi, le costó el puesto a éste (Jean Mendelson, «Chili, 1973 : le soutien de l’ambassade et du ministre aux réfugiés », 19/07/2017, Fondation Jean Jaurès : https://www.jean-jaures.org/publication/chili-1973-le-soutien-de-lambassade-et-du-ministre-aux-refugies/ [consultado el 03/06/2021]. Retour au texte

64 Le Cabinet du Ministre, le Conseiller technique, no 931 CM, note pour Monsieur de Saint-Légier, direction d’Amérique, Paris, le 25 février 1974, firma Alain Chastagnol : MAE, Idem. Estas becas habían sido inauguradas tras los acontecimientos húngaros de 1956, y reactivadas por los del Burundi. Retour au texte

65 Respuesta de René de Saint-Légier, RSL/mm, no 116/AM, 26 février 1974, «Note pour Monsieur Chastagnol»: MAE, Idem. Retour au texte

66 «La résidence de l’ambassadeur de France était devenue un immense dortoir», Le Monde, 03/01/1974, entre otros. Retour au texte

67 «Film super 8 trouvé dans une ambassade». Copia en https://www.youtube.com/watch?v=mBrUt3NajYo [consultado el 10/03/2021]. Retour au texte

68 Siendo mudo el Super 8, permite potenciar la voz off, el discurso del narrador, que recoge la visión que se tiene entonces de la falta de respuesta popular al Golpe y la explicación de la derrota de la izquierda: «La consigna era aguantar el tiempo que el contra-ataque se organizara. El contra-ataque no se organizó. Se hallaron cercados», «La consigne était de tenir, le temps que la contre-attaque s’organise. La contre-attaque ne s’est pas organisée. Ils se sont trouvés piégés» (1:59). También se nota admiración por «el embajador»: «El embajador es perfecto. Los acoge sencillamente como a invitados que llegan ligeramente más temprano de lo previsto para una recepción. La embajadora los instala en el pequeño salón de su departamento privado». L’ambassadeur est parfait. Il les accueille simplement comme des invités légèrement en avance pour une réception. L’ambassadrice les installe dans le petit salon de son appartement privé»). Critica a de la izquierda y sus certidumbres: «ils ont pu sortir par les jardins et rejoindre l’ambassade grâce à un étudiant prévoyant, Marco. Sa tendance naturelle à envisager le pire lui avait été reproché au nom de l’optimisme révolutionnaire. Encore maintenant il a l’air de s’en excuser». «pudieron salir por los jardines y llegar a la embajada gracias a un estudiante previsor, Marco. Su tendencia natural a imaginar lo peor le fue reprochado en nombre del optimismo revolucionario». Por los apellidos de los refugiados: Psikos, Carole, Luco, Maria («3ª vez que se halla en tal situación, cada vez en un país diferente», «3fois qu’elle se trouve dans cette situation, chaque fois dans un pays différent» (3:44) se alude a la situación de las dictaduras europeas, en particular de España y Grecia. (cierta ironía mordaz frente a las derrotas de la izquierda que parece que no aprende nada). Otra ironía: 12:36 el edificio de la «seguridad militar», presentado como tal en la película… es el del centro Tolbiac de la Universidad París 1-Sorbona… o, la falta de obreros se debe a que «es muy raro que se construyan fábricas al lado de embajadas» 7:07. Retour au texte

69 Situación de encierro, falta de comunicación con el exterior, y malas noticias o contradictorias. «Ville morte indéchiffrable». Alusión a los Estadio Chile y Estadio Nacional (13:20); y a los discursos televisivos de la Junta que afirma la necesidad de extirpar «el cáncer marxista» (15:10), «el país iba a la ruina», «complot guiado desde el extranjero». La novedad fascista: «lo interesante es que este lenguaje no es el de la burguesía liberal, a penas el de la derecha clásica. Es más bien el de los grupúsculos fascistas más estrechos, de los periódicos menos leídos aquellos de los que nos burlábamos porque retrasaban de un siglo sobre la Historia. Los militares los leían. La burguesía ha soltado a sus perros sobre sus adversarios para retomar el poder. Pero ahora son los perros los que tienen el poder. Y no lo soltarán» («ce qui est intéressant c’est que ce langage n’est pas celui de la bourgeoisie libérale à peine celui de la droite classique. C’est plutôt celui des groupuscules fascistes les plus étroits, des journaux les moins lus ceux dont nous nous moquions parce qu’ils retardaient d’un siècle sur l’Histoire. Les militaires eux les lisaient. La bourgeoisie a lâché ses chiens sur ses adversaires pour reprendre le pouvoir. Mais à présent, ce sont les chiens qui tiennent le pouvoir. Et ils ne le lâcheront pas»). Finalmente, aparecen los discursos explicativos de la derrota del «gobierno popular», «que nunca cesaron de enfrentarse durante la existencia» de éste, según el análisis de cada grupo político, «una hora después, volvieron a sacar a relucir el tema de los Juicios de Moscú y de la traición congénita de los trotskistas» («une heure après, ils en étaient aux Procès de Moscou et à la trahison congénitale des trotskystes»), afirma la voz off marcando así la incapacidad de la izquierda –encerrada en su pasado– de adaptar su análisis a la realidad del momento. «Hacía una semana que había estallado el Golpe y nuestra fraternidad no había durado más tiempo» («Il y avait une semaine que le coup d’État avait éclaté, notre fraternité n’avait pas duré davantage» (de 15:45 a 18:49). En 19:38, llegan los primeros salvo conductos, «algo de la vieja amistad empezó a reaparecer» y «los adioses fueron verdaderos adioses». La película acaba con el único momento musical, una reinterpretación sencilla de una marcha fúnebre rusa, «A vosotros que caísteis víctimas de una lucha fatídica» escrita en 1878 que servía de canto de entierro a los miembros del Partido social-demócrata ruso, más tarde bolchevique. Reinterpretación sencilla, un poco desacordada, crujiente y no profunda y espléndida, pausada y cadenciosa, y es que los tiempos han cambiado, la derrota ha sido total, y la izquierda mundial se tiene que reinventar si quiere sobrevivir en los nuevos tiempos. El penúltimo plano de la cámara es, según la voz off, sobre la camioneta que lleva a los refugiados al exilio desde «esta ciudad a la que conocimos libre» (20:40), aparece un río que podría ser el Mapocho pero que resulta ser el Sena ya que –al elevarse la cámara–aparece la torre Eiffel, lo cual vuelve a integrar a los franceses en su propia realidad. Finalmente, el último plan muestra un avión cuyo rasgo blanco cruza el cielo del atardecer, símbolo de la partida al exilio. Retour au texte

70 De hecho, la situación se adelanta en la imaginación de Chris Marker ya que con la muerte de Pompidou en mayo de 1974, la derecha francesa se divide y presenta a dos candidatos frente a uno de izquierdas. Podría repetirse una situación parecida a la de Chile en 1970: perdería la derecha las elecciones en Francia y llegaría la izquierda al poder. Entonces, los sectores más duros de la derecha… De hecho, en 1981, un general golpista en Argel en 1958 declaró que, de ganar Mitterrand, tomaría el monte... Retour au texte

71 Últimamente, propone Carmen Castillo, La Embajada. Chili 1973, une ambassade face au coup d’État, 2019, 52 min. URL: http://www.lesfilmsdici.fr/en/la-vie-ailleurs-l-amerique/5192-la-embajada.html [consultado el 03/07/2022]. Retour au texte

72 Santiago, 11 de septiembre de 1973 (recibido le 14), télégramme 597, «immédiat» de Lacoste à Directeurs, as Soulèvement militaire. MAE, Amérique 1971-1975, Chili 112. Retour au texte

73 Buenos Aires, 13 de septiembre de 1971, télégramme 289 de Winckler à Diplomatie París, as Santiago du Chili. MAE, idem de ahora en adelante. Retour au texte

74 Buenos Aires, 13 de septiembre de 1973, reçu 13 septembre 1973, Telegrama 289, as Santiago du Chili, firma Winckler. Retour au texte

75 Buenos Aires, 13 de septiembre de 1971, télégramme 288 de Winckler a «Département à Minarmées/EMA/REN et tous les ministères concernés» [es decir, seguramente ministerio francés de la Guerra, Estado Mayor de los Ejércitos, inteligencia], as Santiago du Chili. Retour au texte

76 Cuanto más que en aquel entonces la apertura del año universitario se hacía a principios de octubre. Retour au texte

77 Buenos Aires, 13 de septiembre de 1973, telegrama 602/607, de Winckler a París, «très urgent», as Les événements des 11 et 12 septembre à Santiago, p. 1. Retour au texte

78 Buenos Aires, 14 de septiembre de 1973, telegrama 300, de Winckler a París, «urgent», as Santiago du Chili. Winckler advertía que las comunicaciones en la parte suramericana estaban en claro (sin cifra). Retour au texte

79 Buenos Aires, 13 de septiembre de 1973, telegrama 293/294, de Winckler a París, «très urgent», as Santiago du Chili, p. 1. Retour au texte

80 Buenos Aires, 13 de septiembre de 1973, telegrama 295, de Winckler a París, «très urgent», as Santigo du Chili, p. 1. Retour au texte

81 Buenos Aires, 13 de septiembre de 1973, telegrama 602/607, de Winckler a París, «très urgent», as Les événements des 11 et 12 septembre à Santiago, p. 1. Retour au texte

82 Idem, p. 1. Retour au texte

83 «Sans que l’on sache encore s’il s’est suicidé (version officielle) ou s’il a été, plus vraisemblablement, tué par l’un des asaillants». Idem, p. 1. Retour au texte

84 Embajada de Chile, París 14 de septiembre de 1973 («reçue le lundi 17 septembre»), no 55, de Jorge Berguño, «chargé d’Affaires a. I. à Son Excellence M. Michel Jobert, ministre des Affaires étrangères». Retour au texte

85 «Le but essentiel de l’opération – l’élimination du Président – étant atteint, il restait aux inspirateurs du putsch à s’emparer des chefs de l’opposition et surtout à réduire les foyers de résistance armée qui se créaient rapidement dans le centre de la ville et dans plusieurs quartiers ouvriers, notamment au sud de la capitale». Buenos Aires, 13 de septiembre de 1973, telegrama 602/607, de Winckler a París, «très urgent», as Les événements des 11 et 12 septembre à Santiago, p. 2. Retour au texte

86 Idem. Retour au texte

87 «Personnalités de gauche ou étrangères déclarées suspects». Retour au texte

88 Buenos Aires, 13 de septiembre de 1973, telegrama 602/607, de Winckler a París, «très urgent», as Les événements des 11 et 12 septembre à Santiago, p. 2. Retour au texte

89 Buenos Aires, 14 de septiembre de 1973, telegrama 629/631, de Winckler a París, « immédiat», as Situation à Santiago du Chili, Lacoste a París, p. 1. Retour au texte

90 Idem, p. 1. Retour au texte

91 Buenos Aires, 14 de septiembre de 1973, telegrama 300, de Winckler a París, «urgent», as Santiago du Chili, Winckler a París. Retour au texte

92 Santiago, 18 de septiembre de 1973, telegrama 691/693, de Lacoste a París, as Transmissions avec le Département», Lacoste a París, p. 1. Retour au texte

93 Idem, p. 2. El agradecimeinto a Mallet se hizo, París 20 de septiembre de 1973, ambafrance Buenos Aires 216, as Communications avec Santiago, firma Saint-Légier. Retour au texte

94 Santiago, 19 de septiembre de 1973, telegrama 708, de Lacoste a París, as Relations franco-chiliennes, Lacoste a París. El telegrama de París no reconoce la Junta, sino que «presente ses compliments au Ministère des Relations extérieures» y acusa recibo de la nota de este ministerio según la cual «el gobierno de la República de Chile ha sido asegurado por un consejo militar que ejerce su control sobre el conjunto del territorio nacional»: París, 17 de septiembre de 1973, «diffusion réservée», as Relations franco-chiliennes, p. 1, firma Puaux. De forma oral se manda informar a los embajadores de la CEE que Francia se basa en relaciones establecidas de Estado a Estado, sin necesidad de reconocimiento. Retour au texte

95 Enrique Bernstein (1910-1990) fue subsecretario de Relaciones externas en 1964-1965 y embajador en París entre 1965 y 1970, durante el mandato de Frei. Retour au texte

96 Ismael Huerta, que fue ministro de Obras públicas y Transportes durante el mandato de Allende (en noviembre de 1972, lo que le valió un atentado contra su casa por parte de la extrema derecha), era considerado por París como un amigo de Francia ya que había seguido una formación naval militar en el buque escuela francés Jeanne d’Arc a finales de 1936, y realizó cursos de radio en la Escuela Superior de Electricidad de París entre octubre de 1937 y julio de 1938. Después, Telefunken le invitó a continuar estudios de radio en Berlín sobre comunicaciones navales y de aviación entre noviembre de 1938 y enero de 1939. Retour au texte

97 Santiago, 19 de septiembre de 1973, telegrama 719/720, «diffusion résérvée», «immédiat» de Lacoste a París, as Démarche auprès du Ministre, Lacoste a París. Retour au texte

98 Santiago, 21 de septiembre de 1973, telegrama 741, «très urgent», de Lacoste a París, as Problèmes relatifs aux immunités diplomatiques, p. 2. La respuesta fue dada el 24 de septiembre de 1973, Ambafrance Santiago no 318/22, as Problèmes relatifs aux immunités diplomatiques, firma G. de Courcel. Se señala la inviolabilidad del domicilio privado como de los locales de la misión (art. Convención de Viena, 1961) salvo si tuviera la nacionalidad del Estado de acogida o residencia permanente en éste. Sólo los automóviles de la misión son inviolables, no los privados de sus miembros. El transportar a un individuo buscado por la justicia local podría provocar la justificación de la intervención contra este vehículo. El estado de sitio no modifica las obligaciones para con la inmunidades diplomática. Retour au texte

99 René de Saint-Légier de La Sausaye a la sazón director del Departamento América del Quai d’Orsay fue embajador de Francia en Chile entre 1969 y 1972, predecesor inmediato de Pierre de Menthon. Paris, 14 de septiembre de 1973, telegrama a ambafrance Santiago no 272, p. 1, firma Saint-Légier; siguen telegramas de los Menthon y de Billy, fundador (1946) de la casa de América Latina en París, presidente hasta 1982. Pompidou evocó la situación chilena y el deceso trágico de Allende y renovó su pésame a H. Bussi en el Consejo de ministros del 19 de septiembre. París, 19 de septiembre a ambafrance Santiago n297/98, as Communication du Conseil des Ministres, p. 1, firma. Retour au texte

100 Santiago, 16 de septiembre de 1973, telegrama 646, «réservé/diffusion réservée», de Lacoste a Saint-Légier, as Visite à Mme Allende. Retour au texte

101 Santiago, 16 de septiembre de 1973, telegrama 647, de Lacoste a París, as Demande d’une interview de France-Inter. Retour au texte

102 Santiago, 18 de septiembre de 1973, telegrama 688, de Lacoste a París, as Pablo Neruda. El 17, París, pidió a su embajada que tomara contacto con Neruda para darle a conocer la preocupación francesa: París 17 de septiembre de 1973, no 283-84, «réservé immédiat», as Relations franco-chiliennes». Retour au texte

103 Menthon llegó demasiado tarde para entregar a quien fue embajador en París las insignias de Gran Oficial de la Legión de Honor, el vate ya agonizaba. Las dejó a Matilde (Pierre de Menthon, Je témoigne, p. 59-60). El agregado cultural Husson (Nous avons mal au Chili, Paris, Éditions Syllepse, 2003, p. 51) estuvo en la vigía mortuoria en la Chascona devastada por la inculta barbarie militar donde dejó su tarjeta con unamunianas palabras que darán título a sus recuerdos Nos duele Chile. Al entierro acudieron los embajadores de Francia, México, Rumanía y Suecia. Retour au texte

104 Santiago, 26 de septiembre de 1973, telegrama 814/816, de Menthon a París, as Enterrement de Pablo Neruda, p. 1. Retour au texte

105 Idem, p. 2. El pésame de Saint-Légier a la viuda fue transmitido después por haber llegado después del entierro. Retour au texte

Al haber llegado con retraso el pésame del ministro francés de Asuntos externos, Michel Jobert, Menthon lo transmitió a Isla Negra donde más adelante serían trasladados los restos de Neruda, Idem, p. 2.

106 Santiago, 19 de septiembre de 1973, telegrama 710/712, «très urgent», de Lacoste a París, as Contrôle des informations. Retour au texte

107 Idem. Retour au texte

108 Idem, p. 2. Retour au texte

109 Santiago, 10 octobre 1973, telegrama no 1029-1231, as Entretien avec le président de l’association des journalistes, firma Menthon. Retour au texte

110 Santiago, 5 de octubre de 1973, telegrama 956, de Lacoste a París, as Opinion de M. Eduardo Frei. Retour au texte

111 1909-1996, democristiano, entonces presidente del Senado galo. Carta de Saint-Légier à Poher, 5 de diciembre de 1973 que traslada carta recibida a través de la embajada gala en Santiago. Retour au texte

112 Bordereau d’envoi no 1595 AM, Santiago, 23 de Novembre de 1973. Retour au texte

113 «Si elles le veulent bien [sic]». Santiago, 17 de septiembre de 1973, telegrama 638/639, «très urgent/diffusion réservée», de Lacoste a París, as Note sur les demandes d’asile. Retour au texte

114 Note pour le Secrétaire général, 17 de septiembre de 1973, firma G. de Chambrun, p. 1. Retour au texte

115 Idem, p. 2. Retour au texte

116 Aquí alude al telegrama 679, que deja pensar que hubo una reunión anterior, que no hemos hallado. Retour au texte

117 Santiago, 20 de septiembre de 1973, telegrama 728/730, «réservé/diffusion réservée», de Lacoste a París, as Réunion des conseillers de la CEE, p. 1. Retour au texte

118 Idem, p. 2. Retour au texte

119 París, 19 de septiembre de 1973, no 143, Note pour le Ministre, as Inquiétude du Gouvernement de La Haye quant à la situation au Chili, p. 1, firma Saint-Légier. Retour au texte

120 Idem, p. 2. Retour au texte

121 Santiago, 2 de octubre de 1973, telegrama 886, de Menthon a París, as Exécutions au Chili, p. 1. Retour au texte

122 Idem, p. 2. Retour au texte

123 Santiago, 4 de octubre de 1973, telegrama 944, de Menthon a París, «immédiat». Retour au texte

124 Santiago, 24 de septiembre de 1973, telegrama 772/774, de Menthon a París, as Mission à Conception. Este telegrama se refiere a unos números 725, 751 y 767, a los que no hemos accedido, y acaso se hallan en los legajos correspondientes a la acción cultural y de cooperación, p. 1. Retour au texte

125 Idem. Retour au texte

126 Santiago, 12 de octubre de 1973, telegrama comunicado a ONU New York 37/39 y París 1055/57, «immediat» de Menthon, as: Refus de visa a Maître Nordmann. Retour au texte

127 Lo cual efectivamente hizo París. Telegrama no 69-68 «immédiat», New York, 13 de octubre de 1973, as: «Visa de Maître Nordmann», firma Guiringaud. Retour au texte

128 Telegrama no 1061-1262, Santiago, 13 de octubre de 1973, as: «Répression au Chili», firma Menthon. Retour au texte

129 Idem. Retour au texte

130 Santiago, 23 de octubre de 1973, telegrama no 1142-1145, as Persistance de la répression au Chili, firma Menthon. Retour au texte

131 «La recherche des “suspects – notion vague qui s’applique aussi bien aux chefs de l’Unité Populaire encore en fuite qu’aux simples citoyens victimes de dénonciations – s’est faite ces dernières semaines plus opiniâtre et systématique» : Idem. Retour au texte

132 Menthon se refiere a este documento, sin fecharlo precisamente (hace unos días/il y a quelques jours), no hallado (no 1010), que recoge la situación en representaciones eurooccidentales. Retour au texte

133 Santiago, 23 de octubre de 1973, telegrama no 1142-45, as Persistance de la répression au Chili, p. 2, firma Menthon. Retour au texte

134 Idem, p. 2. Retour au texte

135 Santiago, 24 de octubre de 1973, telegrama no 1154-55, as Mesures d’ordre humanitaire prises par la Junte, firma Menthon. Retour au texte

136 Santiago 26 de octubre de 1973, «Bulletin de renseignements», no 412 FADR «diffusion restreinte», as Opérations de nettoyage en province des groupes armés de l’Unité Populaire, firma Vasseur, p. 1. Retour au texte

137 Ahí se refiere a un documento que contendería un análisis de ello, pero no está adjunto al legajo. Retour au texte

138 Op. cit, p. 1. Retour au texte

139 Op. cit, p. 2. Retour au texte

140 Op. cit, p. 3. Retour au texte

141 Op. cit, p. 4. Retour au texte

142 Santiago, 29 de octubre de 1973, telegrama no 1211-24, as La situation du Chili et le problème des réfugiés, p. 1, firma Menthon. Retour au texte

143 Idem, p. 1. Retour au texte

144 Idem, p. 1. Retour au texte

145 Idem, p. 1. Retour au texte

146 Idem, p. 2. Retour au texte

147 Idem, p. 3. Retour au texte

148 Idem, p. 3. Por razones obvias, no reproducimos los apellidos que aparecen en el documento. Retour au texte

149 Idem, p. 4. Retour au texte

150 Idem, p. 4. Retour au texte

151 Idem, p. 4. Retour au texte

152 Santiago, 16 novembre 1973, no 1551, de Pierre Menthon a ministro de Asuntos Exteriores, Michel Jobert, as Perquisition de véhicules diplomatiques. Retour au texte

153 Idem, p. 3. Retour au texte

154 No 51/ AM, «note pour le service du protocole», as Perquisition de véhicules diplomatiques, 22 de noviembre de 1973, signé R. de Saint-Légier. Retour au texte

155 Santiago, 15 de septiembre de 1973, telegrama 638/639, «très urgent», de Lacoste a París, as Démarche soviétique, p. 1. Retour au texte

156 Idem, p. 1. Retour au texte

157 Idem. Retour au texte

158 Santiago, 20 de septiembre de 1973, telegrama 745, de Lacoste a París, as Relations du Chili avec les pays socialistes. Retour au texte

159 Santiago, 25 de septiembre de 1973, telegrama 790/793, de Menthon a París, as Rupture des relations entre Moscú et Santiago, p. 1. Retour au texte

160 «La dénonciation des méfaits du “marxisme” – comme si celui-ci avait réellement inspiré le gouvernement précédent–», in Santiago, 25 de septiembre de 1973, telegrama 790/793, de Menthon a París, as Rupture des relations entre Moscú et Santiago, p. 2. Retour au texte

161 Idem, p. 2. Retour au texte

162 Nota no 32 para el Director técnico, París 6 de octubre de 1973, as Situation au Chili, p. 3, firma Saint-Légier. Retour au texte

163 China no quiso perder las relaciones que estableció el 15 de diciembre de 1970 con el primer país de América Latina. En 1951 Neruda fue invitado a Beijín, en 1954, Allende. En 1952 abrió en Santiago el Instituto de Cultura China del que, años más tarde, fue presidente Allende. Cuando éste llegó a la Moneda, los intercambios comerciales alcanzaron, en 1972 y 1973, un volumen que sólo se volvió a alcanzar a partir de 1980. La vía chilena hacia el socialismo era vista con distancia cuando no con sorna por Beijín que al morir Allende, si bien saludo su entrega, habló de «absurda teoría de transición pacífica para las luchas revolucionarias antiimperialistas» promovida por la URSS y su «social imperialismo». Pablo Ignacio Ampuero Ruiz («Diplomacia en transición. La República Popular China frente a la dictadura cívico-militar en Chile», Estudios Políticos, no 49, 2016, p. 35-54) recoge la idea de Naomi Klein según la cual la experiencia de los Chicago Boys fue vista con interés por Beijín. Pero la afirmación es poco documentada. Ahora sí, en 1980 Milton Friedman impartió conferencias ante oficiales y economistas en China. Cierto es que se puede ver similitudes entre políticas que abogan por el recorte social para aumentar la disponibilidad de capital base. En 1977, China otorgó un crédito de 62 M.us$ a Chile. Ambos países defendieron las reivindicaciones territoriales del otro en la ONU. Javier Eduardo Matta («Chile y la República popular china: 1970-1990», Estudios Internacionales, vol. 24, no 95, 1991, p. 347-367) resalta la oposición a este mantenimiento de relaciones con Santiago al interior del PC chino, pero el pragmatismo comercial se impuso a la línea ideológica. Y citando a Heraldo Muñoz (Chile: Política exterior para la democracia, Santiago, Pehuén, 1989.) señala que China abogó a favor de la liberación de presos, incluso mirista. Las relaciones de China con Chile se dan en un marco de condena internacional del régimen de Pinochet y en el momento del acercamiento de Beijín a Washington –visita de Nixon-, paradójicamente este acontecimiento desinhibe la anhelada apertura de relaciones comerciales de América Latina con la potencia roja en un momento de crisis estructural de las economías latinas. Retour au texte

164 Santiago, 15 de septiembre de 1973, República de Chile, ministerio de relaciones exteriores, en bordereau 1273, de Menthon a Jobert. Retour au texte

165 Santiago, 19 de septiembre de 1973, telegrama 709, de Lacoste a París, as Le général Pinochet et la France. Retour au texte

166 Santiago, 26 de septiembre de 1973, telegrama 817/822, de Menthon a París, as Relations extérieures du nouveau gouvernement chilien, p. 1. Retour au texte

167 Idem, p. 2. Retour au texte

168 Idem, p. 2. Acerca de la política continental de la UP, Jorge Magasich Airola, «La política internacional chilena del gobierno de la Unidad Popular 1970-1973: un intento de pluralismo en las relaciones internacionales», Tiempo Histórico, no 7, 2013, p. 15-27. Sobre las relaciones con la URSS y países del este: María Soledad Bravo Fuentes y Alejandra Leiva Calderón, La política exterior del gobierno de Salvador Allende (1970-1973), Santiago, univ. Gabriela Mistral, guía Jorge van de Wingard, 1997. Para el marco general Jorge VERA CASTILLO, La política exterior chilena durante el gobierno del presidente Salvador Allende, 1970-1973, Santiago, Instituto de Estudios de las Relaciones Internacionales Contemporáneas, 1987. Como documentos más cercanos a la época tratada aquí. Retour au texte

169 Santiago, 19 de noviembre de 1973, n1419/27, «réservé», as La situation chilienne et le problème des réfugiés, firma Menthon, p. 1. Retour au texte

170 Idem, p. 1. Retour au texte

171 Idem, p. 2. Retour au texte

172 Idem, p. 3. Retour au texte

173 Idem, p. 3. Aquí se alude a telegramas no encontrados no 1352/56. Retour au texte

174 Idem, p. 3. Retour au texte

175 Idem, p. 4. Retour au texte

176 Santiago, 26 de noviembre de 1973, no 1466/73, «immédiat», as Nouvel incident avec l’ambassadeur de Suède, firma Menthon, p. 1. Retour au texte

177 Ambassade royale de Suède a ministerio francés de Asuntos externos, París, 27 de noviembre de 1973, no 78, en sus 6 p. recoge los pormenores detallados del asunto. Embajada de Suecia en Chile, 30 de noviembre 1973 transmitido por Menthon a París, recoge otro tanto. Retour au texte

178 Op. cit., p. 1. Retour au texte

179 Idem, p. 2. Retour au texte

180 Idem, p. 2. Retour au texte

181 Idem, p. 2. Retour au texte

182 Idem, p. 3. Retour au texte

183 Idem, p. 3. Retour au texte

184 Según palabras de la traducción oficiosa de la nota de protesta sueca, Stockholm, 27 de noviembre de 1973, no 512/515, «immédiat», as Chili, p. 1. Retour au texte

185 París, 27 de noviembre de 1973, no 549/50, «réservé immédiat», as Incident survenu dans une clinique, firma P.O. Diplomatie. Retour au texte

186 Idem. Retour au texte

187 https://www.lemonde.fr/archives/article/1973/11/28/apres-l-arrestation-d-une-refugiee-politique-la-suede-et-le-prince-saddrudin-aga-khan-protestent-aupres-du-gouvernement-de-santiago_3094574_1819218.html [consultado el 08/09/2022] «Dans une clinique privée de Santiago du Chili. Une opérée enlevée par des policiers qui se battent avec des diplomates», L’Impartial (Chaux-de-fonds, Suiza) no 29413, martes 27 de noviembre de 1973. Son ejemplos que muestran la repercusión internacional, desde la gran prensa internacional hasta la prensa de provincias. Hay otros muchos. Retour au texte

188 Idem. Retour au texte

189 «Canciller acusa a embajador de Suecia: Intervención indebida en los asuntos internos de Chile», El Mercurio, 27/12/1973, p. 1 y 12. Retour au texte

190 Santiago, 27 de noviembre de 1973, no 1497/1500, «réservé immédiat», as Incident avec l’ambassadeur de Suède, p. 1, firma Menthon. Retour au texte

191 Idem, p. 2. Retour au texte

192 Idem, p. 2. Retour au texte

193 Santiago, 27 de noviembre de 1973, no 1494/96, «urgent», as Incident avec l’ambassadeur de Suède, firma Menthon. Retour au texte

194 Santiago, 5 de diciembre de 1973, no 1580/85, p. 1, as Démarches du corps diplomatique, firma Menthon. Retour au texte

195 Idem, p. 2. Retour au texte

196 Idem, p. 2. Retour au texte

197 Idem, p. 3. Retour au texte

198 Santiago, 4 de diciembre de 1973, no 1577/79, «réservé Diffusion réservée», as Date limite pour la délivrance des sauf conduits, firma Menthon. Retour au texte

199 Santiago, 7 de diciembre de 1973, no 528/29, as Ambassadeur de Suède au Chili, firma Gastambide. Retour au texte

200 Santiago, 24 de octubre de 1973, telegrama no 1150/52, as Demande de sauf-conduits pour les réfugiés chiliens, p. 1, firma Menthon. Retour au texte

201 Idem, p. 2. Retour au texte

202 Nota del 15 de septiembre, as Visite su chargé d’Affaires du Chili (interna al Quai d’Orsay, tras visita de funcionarios chilenos a ésta), p. 1, firma Saint-Légier. Retour au texte

203 Idem, p. 2. Retour au texte

204 Note pour le ministre, no 142, 18 de septiembre de 1973, p. 2, firma Saint-Légier. Retour au texte

205 Idem, p. 2. Retour au texte

206 Note no 30, as Consultation à Neuf sur le Chili, 22 de septiembre de 1973, p. 1, firma Saint-Légier. Retour au texte

207 Idem, p. 2. Retour au texte

208 Idem, p. 2. Retour au texte

209 Note pour le ministre, no 142, 18 de septiembre de 1973, p. 2, firma Saint-Légier. Retour au texte

210 Note no 30, as Consultation à Neuf sur le Chili, 22 de septiembre de 1973, p. 2, firma Saint-Légier. Retour au texte

211 Idem, p. 3. Retour au texte

212 Note pour le ministre, no 142, 18 de septiembre de 1973, p. 2, firma Saint-Légier. Retour au texte

213 Idem, p. 2. Retour au texte

214 Note n30, as Consultation à Neuf sur le Chili, 22 de septiembre de 1973, p. 3. Retour au texte

215 Idem, p. 3. Retour au texte

216 Note pour le ministre, no 142, 18 de septiembre de 1973, p. 3, firma Saint-Légier. Retour au texte

217 Idem, p. 4. Retour au texte

218 Note no 30, as Consultation à Neuf sur le Chili, 22 de septiembre de 1973, p. 3. Retour au texte

219 Idem, p. 4. Retour au texte

220 Idem, p. 4. Retour au texte

221 [París] 1o de octubre de 1973, no 156, as du Chili (en vue du Conseil des Ministres du 3 octobre), p. 1, firma Saint-Légier. Retour au texte

222 Idem, p. 3. Retour au texte

223 Idem, p. 4. Retour au texte

224 Nota no 32 para el Director técnico, París 6 de octubre de 1973, as Situation au Chili, p. 1, firma Saint-Légier. Retour au texte

225 Idem, p. 2. Retour au texte

226 Carta de Menthon a Saint-Légier, Santiago, 30 de noviembre de 1973, p. 1. Retour au texte

227 Idem, p. 2. Retour au texte

228 Nota no 32 para el Director técnico, París 6 de octubre de 1973, as Situation au Chili, p. 2, firma Saint-Légier. Idea que aparece también en Note pour le Ministre (en vue du Conseil des Ministres du 7 novembre), p. 1, copia sin firma. Retour au texte

229 Idem, p. 3. Retour au texte

230 Idem, p. 4. Retour au texte

231 Note pour le ministre no 182, as Chili, 19 de octubre de 1973, p. 1, sin firma. Retour au texte

232 Note pour le ministre no 226, as Campagne anti-chilienne dans la presse et l’opinion, 7 de diciembre de 1973, p. 1, firma Saint-Légier. Retour au texte

233 Idem, p. 1. Retour au texte

234 Idem, p. 2. Retour au texte

235 Idem, p. 2. Retour au texte

236 Idem, p. 2. Retour au texte

237 Idem, p. 2. Retour au texte

238 Note no 52, as Évènements du Chili, 11 de diciembre de 1973, p. 1, firma Saint-Légier. Retour au texte

239 Idem, p. 2. Retour au texte

240 Jean Mendelson, «Chili, 1973…». Retour au texte

Citer cet article

Référence électronique

Alvar de la Llosa, « El 11 de septiembre y los asilados a través de los documentos diplomáticos de la embajada francesa en Santiago (septiembre-diciembre 1973) », Textures [En ligne], 27 | 2023, mis en ligne le 01 juin 2023, consulté le 20 juillet 2025. URL : https://publications-prairial.fr/textures/index.php?id=464

Auteur

Alvar de la Llosa

Université Lumière Lyon 2,

LCE (Lettres et civilisations étrangères),

F-69007 Lyon, France

Alvar.DeLaLlosa@univ-lyon2.fr

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