El exilio de colaboracionistas Belgas en España y Chile

  • L’exil des collaborationnistes belges en Espagne et au Chili
  • The Exile of Belgian Collaborationists in Spain and Chile

DOI : 10.35562/textures.387

Durante la Segunda Guerra Mundial, en la Bélgica ocupada por la Alemania nazi, hubo colaboradores valones y flamencos, encuadrados en unidades militares del ejército alemán. Finalizada la guerra, en el período 1944-1947, los colaboracionistas belgas huyeron a España, país donde algunos encontraron refugio provisional mientras arreglaban su documentación, en el Campo de Concentración de Miranda de Ebro. El líder del partido Rex, León Degrelle, encontró un asilo permanente y seguro en España. Otros partieron a Suramérica, a Chile, que ofrecía un entorno favorable para la acogida de estos fugitivos.

Au cours de la Seconde Guerre mondiale, dans la Belgique occupée par l’Allemagne nazie, des collaborateurs wallons et flamands ont été intégrés dans des unités de l’armée allemande. À la fin de la guerre, au cours des années 1944-1947, les collaborationnistes belges fuirent en Espagne où ils trouvèrent un refuge provisoire, le temps d’arranger leurs papiers, dans le camp de concentration de Miranda de Ebro. Le dirigeant du parti Rex, León Degrelle, trouva un asile permanent et sûr en Espagne. D’autres partirent vers l’Amérique du sud, au Chili, qui offrait un milieu favorable à l’accueil de ces fugitifs.

During World War II, in Nazi-occupied Belgium, there were Walloon and Flemish collaborationists in military units of the German army. After the war, in the period 1944-1947, Belgian collaborationists fled to Spain, where some found temporary refuge while they arranged their documentation, in the Miranda de Ebro concentration camp. Rex party leader Léon Degrelle found a permanent and safe haven in Spain. Others left for South America, Chile, which offered a favorable environment for the reception of these fugitives.

Plan

Texte

Introducción

El período comprendido entre la segunda mitad de 1944 y enero de 1947 fue testigo de la entrada en España e internamiento en el campo de concentración de Miranda de Ebro, en la provincia de Burgos, de distintos colectivos de evadidos alemanes y colaboracionistas de distintas nacionalidades. Muchos de estos últimos habían sido combatientes voluntarios, en tropas auxiliares, reclutados en varios países de Europa Occidental y Oriental para apoyar a Alemania en el frente ruso.

Los belgas lucharon en Berlín hasta la caída del Reich junto con antiguos divisionarios españoles, que formaban parte de la Legión Azul. El temor a ser acusados por crímenes de guerra y traición, sufrir penas de cárcel y ser desprovistos de sus derechos civiles en su país, impulsaron a algunos belgas a pasar a España, con la esperanza de conseguir ayuda de la Falange o del Ejército.

Los datos aportados por el Archivo General Militar de Guadalajara, en su fondo Depósito del Campo de Concentración de Miranda de Ebro, son una fuente primordial para analizar este colectivo. Las cajas 1 a 149 contienen los expedientes personales de los internados en el Campo desde 1944 hasta el año 1947, año en el que se clausuró el Campo1. En sus fichas figuran datos de filiación, nacionalidad, fechas de detención, ingreso en el Campo y liberación. En algunos casos se puede conocer, a través de las propias declaraciones de los internados al Servicio de Información de la Guardia Civil y de su correspondencia censurada y traducida, las circunstancias que les llevaron a abandonar sus países de origen y llegar a España2.

La Cruzada Europea contra el Bolchevismo

El 30 de junio de 1941 se celebró una reunión en Berlín entre representantes del Ministerio de Asuntos Exteriores, el OKW (Alto Mando del Ejército de Tierra Alemán), el NSDAP (Partido Nacionalsocialista Alemán) y las SS. Se acordó aceptar ofertas de voluntarios, encuadrados en unidades especiales, con uniforme germano. Los procedentes de países nórdicos, holandeses y flamencos se encuadrarían en las Waffen SS, dependientes de Himmler desde 1940. Eran combatientes voluntarios, en tropas auxiliares, reclutados en varios países de Europa Occidental, Nórdica y Oriental para apoyar a Alemania en el frente ruso. El nacionalsocialismo representaba para ellos un proyecto de defensa de la civilización europea que se anticipaba a un supuesto plan de conquista de Europa por los soviéticos. Se justificaba una invasión preventiva de la URSS como anticipación de un plan de Stalin para conquistar Europa, pero el objetivo era conseguir la hegemonía política y económica del Tercer Reich. El programa de implantación de un Nuevo Orden Europeo constituyó un hábil instrumento de propaganda de Goebbels para atraer, en una empresa común, a diferentes sectores anticomunistas, fascistas o fascistizados del continente europeo y lograr una mayor influencia alemana sobre ellos.

A la visión del comunismo soviético como exponente de la barbarie se unía la cosmovisión católica, distintiva de los voluntarios valones, flamencos, españoles, italianos o franceses. Tras el fracaso de la guerra relámpago, que no consiguió frenar a los soviéticos antes del inicio del invierno de 1941, la movilización incluyó a la mayoría de países europeos ocupados o neutrales. Se exaltaba la defensa de la civilización europea contra el comunismo y el judaísmo3.

Nacionalistas ucranianos, bálticos, cosacos o caucasianos, que odiaban al gobierno soviético de Moscú, sirvieron en unidades del ejército alemán o en las SS. En Lemberg, nombre alemán de la ciudad polaca de Lvov, actuaron, colaborando con los alemanes y obedeciendo a su propio concepto de limpieza étnica, muchos ucranianos, como los integrantes de la División no 14 Galizien, en las redadas y matanzas de judíos, y como guardianes de campos de concentración4.

La Legión Francesa de Voluntarios contra el Bolchevismo reclutada entre partidos de índole fascista, como el Partido Popular Francés de Doriot o la Milicia francesa, aportó unos 4 000 hombres y sólo fue utilizada en combates de primera línea a finales de 19415. Actuaron sobre todo en labores de lucha antipartisana6.

La División Azul española aportó 18 000 voluntarios, buena parte de ellos falangistas, además de oficiales y suboficiales del ejército regular7.

Colaboracionistas belgas

Los voluntarios valones procedían del movimiento colaboracionista rexista, dirigido por Léon Degrelle. El rexismo había surgido en Bélgica en los años treinta como un movimiento de extrema derecha autoritaria. Tras su fracaso electoral de 1937, y la invasión de Alemania, aspiraban a conseguir una Bélgica reconstituida en el seno de una Europa alemana, configurando alianzas con otros grupos germanófilos y contando con el apoyo de la administración alemana establecida en Bruselas durante la ocupación8.

Degrelle creó en 1941 la División Valonia para combatir en el frente del Este, integrada por rexistas, partidarios del Orden Nuevo europeo iniciado por los nazis9. Los primeros voluntarios en el frente del Este, ochocientos cincuenta, salieron de Bruselas en agosto de 1941. Junto a los voluntarios valones rexistas se incorporaron en las mismas fechas los pertenecientes a la Legión Vlaams, del partido nacionalista flamenco Dvlag10. Al inicio de 1942 tan sólo quedaban trescientos cincuenta voluntarios valones rexistas en situación de poder combatir. En febrero de 1942 se incorporaron cuatrocientos cincuenta voluntarios de la Juventud rexista que, en junio de 1943 pasaron a formar parte de las Waffen SS, como Wallonien Division.

En tanto que los primeros voluntarios estaban animados por idealismo ideológico, los siguientes eran aventureros, personas que huían del hambre o del servicio de trabajo obligatorio. Pero la Legión Wallonien permitió a Degrelle imponerse ante el ocupante como colaborador principal. Combatieron un total de cien mil flamencos y ocho mil belgas francófonos, más setecientos flamencos incorporados en la Kriegsmarine (Armada del IIIr Reich).

En Bélgica, la Vlaamse Wacht y las Gardes wallonnnes se ocuparon de tareas de vigilancia y de lucha contra la resistencia.

Desde 1943, el control de las unidades de voluntarios extranjeros pasó a Himmler y las formaciones de daneses, noruegos, finlandeses, holandeses y belgas valones y flamencos fueron encuadradas en distintas divisiones. En noviembre de 1944, la Division Wallonien, con Degrelle al mando, ganó gran popularidad. Su jefe aspiraba a un papel destacado en el Nuevo Orden nazi y Valonia pasó a ser considerada como una región germánica.

La liberación de Bélgica por unidades canadienses, británicas, estadounidenses y belgas de la Brigada Piron no se completó hasta 1945. Unos 150 000 colaboracionistas belgas y flamencos huyeron a Alemania y se incorporaron a las Waffen SS. Los belgas combatieron en Berlín en abril y mayo de 1945, hasta la caída del Reich junto con miembros de la División Charlemagne de voluntarios franceses, la División Norland, integrada por noruegos, daneses y holandeses, y divisionarios españoles, que formaban parte de la Legión Azul, integrada por los 150 voluntarios que se incorporaron entre junio y julio de 1944 tras el regreso a España de la División Azul11.

La huida de la justicia

La privación de libertad, las pérdidas patrimoniales y de los derechos cívicos y condenas a muerte afectaron en Bélgica a los llamados incívicos y colaboradores. Haber colaborado con los proyectos nazis o con la Wehrmacht, luciendo uniforme alemán, caso de los voluntarios de la Cruzada antibolchevique, era castigado con la pena de muerte cuando sus respectivos países fueron liberados. Ese era el caso de León Degrelle y de sus más cercanos colaboradores.

La privación de libertad podía llegar a alcanzar veinte años; la privación de derechos cívicos podía ser de por vida y conllevaba la confiscación de bienes. Pero pronto, en Bélgica, la pérdida de libertad se redujo a seis años, a la libertad condicional en 1949 y a la liberación en 1953. Un año antes se restituyeron los derechos cívicos y se redujeron las penas pecuniarias. En 1969, tan sólo un diez por ciento de los condenados, casi todos en el exilio, continuaban condenados.

Las rutas de huida más utilizadas por miembros de las SS y colaboracionistas eran las redes organizadas por el Vaticano y la Cruz Roja a través de Suiza y del puerto de Génova, donde embarcaban como pasajeros ordinarios. Italia fue el lugar más seguro de salida para los austríacos y ustachas yugoslavos12.

El resto, entre los que se encontraban belgas, escogieron España como refugio antes de emigrar al Cono Sur. Buena parte de ellos, detenidos al cruzar la frontera, eran internados en Miranda de Ebro.

A lo largo del año 1944, cuando todavía se encontraban internados en Miranda evadidos aliados, iniciaron su entrada en España desertores del ejército alemán, tanto alemanes como nacidos en territorios anexionados al Reich: austríacos, holandeses, checos. Los colaboracionistas franceses y belgas comenzaron a llegar al Campo de Miranda durante los últimos meses de 1944. Este quedó dividido en dos zonas separadas, Campo aliado y Campo alemán o colaboracionista.

Los oficiales se alojaban en una barraca propia y tenían una cantina para uso exclusivo, pero existía un gran malestar ante la petición de facilitar al jefe del Campo la lista de los internados para que la Cruz Roja Internacional pudiera organizar el regreso forzoso a su patria13. Insistían en facilitar la lista de aquellos internados que no tuvieran inconveniente en ello, ya que había otros que deseaban mantener el anonimato.

Se había corrido la voz de que el gobierno español entregaría los colaboracionistas a los aliados, lo que provocó malestar y un aumento de los intentos de evasión14.

En conversación telefónica en el día de ayer con el Jefe del campo de concentración de Miranda de Ebro, me hace presente el malestar de los colaboracionistas refugiados por la noticia francesa de que serán devueltos a su país.

Este malestar ha aumentado, porque tienen noticias de que se va a facilitar a la Cruz Roja Internacional la relación de los internados y este hecho lo relacionan con el regreso forzoso a su Patria. En el campo hay súbditos extranjeros que desean mantener el incógnito, por lo que sería conveniente indicar al Jefe del campo por teléfono, que facilite la lista de internados que no tienen inconveniente en que consten sus nombres15.

El Ejército era partidario de que se clausurara el campo de Miranda y que la Dirección General de Seguridad se hiciera cargo de los internados, ya que no se consideraba misión del Ejército su custodia y vigilancia una vez terminada la guerra.

Un tratamiento especial para Léon Degrelle

Las disposiciones vigentes en España disponían que si los evadidos estaban comprendidos en edad militar, (con un límite fijado en 40 años) debían pasar al Campo de Miranda... o ser entregados a la Dirección General de Seguridad para su vigilancia e internamiento hasta conseguir ser liberados por su embajada o representantes consulares16.

Condenado a muerte en Bruselas por un tribunal militar el 27 de diciembre de 1944, el jefe del partido rexista, Léon Degrelle consiguió eludir el internamiento. Cuando la derrota era inminente Degrelle se desplazó a Oslo y el 8 de mayo de 1945 amerizó en la playa de la Concha, en San Sebastián. Sus heridas sirvieron de pretexto al gobierno español para no enviarle a Bélgica.

El día 24 de mayo de 1945, el Capitán General de la 6o Región daba cuenta del ingreso el día 8 de dicho mes, en el Hospital Militar de San Sebastián, de Léon Degrelle, que había aterrizado con un avión militar alemán en la playa de esta ciudad, y del traslado de sus acompañantes al campo de Miranda. El 18 de junio, el Capitán General consultó qué haberes le correspondían al coronel Degrelle y a otros oficiales. Con fecha 27, recibió contestación de la Subsecretaría del Ejército sobre los haberes del personal militar internado en Miranda de Ebro. El 21 de septiembre el Gobernador Militar de San Sebastián se dirigió al Ministerio de Asuntos Exteriores, solicitando el traslado del coronel belga a una población del interior, a lo que accedió el Ministerio el día 24, ordenando que se procediera con las debidas garantías de seguridad17.

Según el parte médico, Léon Degrelle padecía fractura de cabeza de húmero, en vías de consolidación pero que requería tratamiento fisioterapéutico por lo que se aconsejaba su traslado a un centro apropiado para proseguir su recuperación, alejándole de la frontera. El general que suscribía el informe, indicaba que, dada la estructura del hospital donde se encontraba y su ubicación dentro de la población, rodeado de edificios por todas partes, lo que requería un número de puestos de vigilancia desproporcionado para una sola persona, era conveniente proponer el traslado del referido súbdito belga al interior de España. La Subsecretaría del Ejército contestó diciendo que,

se había procedido de forma antirreglamentaria dirigiéndose directamente al ministerio de Exteriores. El coronel Degrelle no es profesional del ejército belga sino un empleo asignado exclusivamente por su carácter político, para el encuadramiento de la Legión Belga que luchó en Rusia y que, con fecha 2 de octubre de 1945, el Coronel del Depósito de Concentración de Miranda de Ebro comunica que se ha recibido en el mismo un cuestionario, formulado por el súbdito belga León Degrelle y remitido por el director del hospital militar de San Sebastián, donde éste se encuentra hospitalizado, con el ruego de que se haga llegar al súbdito belga Robert Pechon, para que éste conteste por escrito cuanto sepa sobre las preguntas que formula el anterior. El cuestionario y las preguntas se remiten a dicha Capitanía General de Burgos18.

Tras lo cual,

Se decide que, si está comprendido en edad militar [al margen aparece escrito que tiene 39 años] debe pasar al campo de Miranda de Ebro o, de lo contrario, si se encuentra curado de sus lesiones, se le debe entregar a la Dirección General de Seguridad para su vigilancia e internamiento. Madrid 19 de octubre de 1945. Capdevila19.

Con fecha 11 de octubre de 1945, la Capitanía general de la 6ª Región Militar de Burgos manifestó, «que no hay inconveniente en que sea trasladado al interior de España el súbdito Léon Degrelle rogando comuniquen la población a la que debe ser trasladado»20.

En San Sebastián, el 14 de noviembre de 1945, el Gobernador Militar de Guipúzcoa y la Duquesa de Casavalencia, se dirigieron al Teniente Coronel César Capdevilla interesándose por el coronel Léon Degrelle.

Toda vez que el clima de San Sebastián le perjudica en gran manera y así lo confirman los médicos, yo le ruego haga lo posible a fin de que su traslado se lleve a cabo con la mayor rapidez posible. Le remito copia enviada sobre este caso al Ministro de Asuntos Exteriores21.

Protegido por Marichu Aguirre22, en agosto de 1946 se ignoraba dónde se encontraba23. Pero pudo quedarse a vivir en España bajo la falsa identidad de León José Ramírez Reina, residente en Constantina en la finca La Carlina y en Madrid, en la calle Santa Engracia, donde fue entrevistado por el periodista de El País Ismael Fuente Lafuente en 1982, con 77 años, cuando estaba redactando sus memorias24. En 1985 ironizaba sobre los judíos en la revista Tiempo:

Si hay tantos ahora resulta difícil creer que hayan salido tan vivos de los hornos crematorios25.

En 1991, el Tribunal Constitucional estimó el recurso de amparo interpuesto por la superviviente del Holocausto Violeta Friedman, de 61 años contra Degrelle26, basándose en que éste no sólo lesionaba el derecho al honor de Violeta Friedman con el negacionismo, sino el de todo el pueblo judío.

El trato a antiguos camaradas del frente del Este

Acompañando a Léon Degrelle, llegó a San Sebastián el 8 de mayo de 1945, Robert du Wetlz27, capitán de infantería profesional, movilizado el 24 de agosto de 1941.

Había pertenecido a la Legión Valona, como teniente ayudante del coronel Degrelle, ascendiendo a capitán el 20 de marzo de 1945. Al capitular Alemania, se trasladó desde Stettin a Oslo, en compañía de su jefe, y desde allí se dirigieron a España, realizando un aterrizaje forzoso en San Sebastián. Quería quedarse en España, protegido por la Duquesa de Valencia. Escribió a Marichu Aguirre, sobrina del falangista Narciso Perales, y a Milagros Díaz Tortosa, para que comunicaran a Degrelle su estancia en el Campo de Miranda y otros datos del mismo. Se quejaba del alojamiento y de la escasa luz que tenían en la barraca de oficiales, y solicitaba que la Duquesa de Valencia hiciera gestiones a favor de sus compañeros, Graf y Pechon28, cuya identidad él garantizaba. En una carta que le llegó desde Bélgica, a través de Marichu Aguirre, le comunicaban que:

todos los amigos se encuentran en prisión, algunos desde hace un año. Se habla mucho de liberaciones. Hay que juzgar trescientos mil casos. Todos los legionarios son condenados a muerte, pero muy pocos acaban ejecutados. Las prisiones son el único sitio alegre de Bélgica: alegría de haber cumplido con el deber, alegría del sacrificio y confianza en el porvenir […] una vez libre, mis amigos me pagarán el viaje29.

Wetlz salió liberado de Miranda en septiembre de 1945, dirigiéndose a Madrid el 29 de noviembre de 1945, para residir en el Paseo del Prado no 14. Residió en España, en Lora del Río.

Paul Werrie30, periodista de 44 años, residente en Bruselas, pasó a España por Nuria, el 29 de agosto de 1945, y de allí, a Barcelona. Ingresó en Miranda el 19 de septiembre del mismo año y salió liberado «por orden de la Superioridad» el 31 de octubre de 1945, para residir en el hotel Palace, en Madrid. Había sido movilizado el 29 de agosto de 1939, al inicio de la guerra, pero no se incorporó hasta el 10 de mayo de 1940 porque se encontraba en la colonia portuguesa de Mozambique trabajando como periodista. Permaneció escondido, en Bélgica, antes de venir a España, en una casa de campo, porque durante la ocupación alemana tenía el empleo de director de la revista «Belga Nuevo», de tendencia derechista y favorable al Generalísimo Franco. Vivió dieciocho años en España, como traductor y escritor y murió en París en 197431.

Paul de Aerchot Simons32, profesor belga de 22 años, entró por Tavascán, Lérida, el 17 de julio de 1945, e ingresó en Miranda en agosto. No había hecho el servicio militar, pero, detenido por el maquis belga, fue internado en el campo de Silly en Bélgica, por sus ideas anticomunistas. Se evadió de Silly el 23 de enero de 1945. Había dirigido una comisión de estudios en Bélgica para América del Sur, y trabajó en un plan de colonización para el Este Europeo, en Ucrania. Participó en tareas de requisa, control y transporte de mano de obra para el Ministerio de Trabajo alemán en Bélgica, Francia y Alemania durante los años 1943 y 1944. Perteneció al servicio de información alemán en Bélgica durante estos años, organizando trabajos agrícolas en Francia y Bélgica en 1939, 1942 y 1944, para el Servicio de Trabajo Obligatorio. Según su declaración había mantenido estrechas relaciones con Goebbels y con el jefe de juventudes del Reich. Condenado a muerte por el tribunal de Charleroi, deseaba ir a Argentina, pero se trasladó a Bolivia, donde permaneció con su familia bajo la falsa identidad de Juan Pablo Simons hasta 1964. Regresó a España donde vivió hasta su muerte en octubre de 2011, con 88 años. Trabajó para la Organización Internacional del Trabajo (OIT)33.

Louis Delhez34, pasó a España por Vera de Bidasoa, el 24 de julio de 1945, e ingresó en Miranda el 1o de agosto. Había ido como voluntario a Alemania, para trabajar en los laboratorios de motores de aviación Heinckel, en Kessel. Cuando Alemania fue ocupada por los británicos, le repatriaron a Bélgica. «Perseguido por los comunistas», huyó a España. Llegaba con la idea de emigrar a Chile pero, al salir del Campo, se incorporó a la Legión, el 22 de octubre de 1945. Con la misma fecha, se incorporó a la Legión Camille Vanderberg35, que había sido también trabajador voluntario en la industria alemana.

La iglesia católica colaboró en la huida de evadidos del Eje

Pese a recelar del ateísmo y racismo nazi, la oposición al comunismo soviético de los colaboracionistas recibía el refrendo de la Iglesia36.

François Schoorens Callewari37, ingeniero agrónomo, nacido en Nukerke, Bélgica, el 30 de diciembre de 1901, fue detenido en Orbaiceta, Navarra, el 12 de noviembre de 1945, y trasladado de Pamplona a Miranda al día siguiente. Durante la ocupación alemana de Bélgica había sido segundo jefe de la Corporación Nacional de Agricultura y Alimentación del gobierno belga. Detenido por los americanos, fue encarcelado junto con el Secretario General de Agricultura. Consiguió evadirse con una tarjeta de identidad expedida en Kessel como trabajador voluntario francés. Pasó a Francia y trabajó en una explotación agrícola desde de septiembre de 1944, hasta que consiguió pasar a España. Quería ir a Chile y recibió un telegrama del gobierno chileno, autorizándole a entrar al país, por mediación de la embajada chilena en Madrid. A través del colegio de Jesuitas San Ignacio, recibió un telegrama de su madre y de su esposa, en el que pedían la intervención en su favor del superior del colegio. El 16 de enero de 1946, fue autorizado a abandonar el Campo, para residir en San Sebastián en el colegio de Jesuitas de la avenida de Navarra, mientras gestionaba su documentación para salir del país.

Louis Roger, escribía desde Miranda al Obispo de Burgos, el 26 de septiembre de 1945 diciendo:

Somos un pequeño grupo de valones que hemos venido a refugiarnos en España huyendo de las represalias comunistas, porque nos habían prometido la libertad. Nos presentamos voluntariamente a las autoridades españolas y éstas nos aseguraron que se ocuparían de nosotros y que nos proporcionarían trabajo en la industria. Esto sería perfectamente posible, porque muchos de nosotros somos especialistas en diversas profesiones. Estamos esperando desde hace varios meses, sin que nadie se haya preocupado de nosotros. No tenemos medios económicos porque no podemos disponer en este momento de nuestros bienes, ni tampoco percibir ayuda de la Cruz Roja.

A lo cual añadía:

Monseñor no ignora que el pueblo belga está compuesto por tres millones quinientos mil valones y cuatro millones y medio de flamencos. Un grupo de flamencos, que se encontraban en la misma situación que nosotros, hicieron amistad con un sacerdote flamenco. Éste se interesó por ellos y consiguió que obtuvieran la liberación, con la condición de emigrar a Chile. Ésta es la intención de varios de los nuestros, que han obtenido el consentimiento del consulado chileno en Madrid, pero no nos es posible arreglar nuestros asuntos mientras estemos detrás de la alambrada. Le rogamos Monseñor que nos informe si conoce algún padre valón o a otras personas que quieran ocuparse de nosotros38.

Chile país de acogida

Las relaciones entre Alemania y Chile datan del siglo xix. Los chilenos pretendieron ampliar su Estado-Nación fomentando la inmigración alemana en el sur de Chile.

En 1845 se había promulgado una ley de Inmigración selectiva por la que 5 000 familias alemanas poblaron esta zona. El pensamiento de la época sólo veía un perfil adecuado en población europea para poblar sus espacios vacíos39.

El gobierno de Manuel Montt favoreció el traslado de familias desde Alemania a la región de Valdivia para cultivar la tierra, instalando desde 1850 nuevos colonos junto al lago Llanquihue y desplazando a la población mapuche que perdió gran parte de sus territorios.

El período presidencial de José Manuel Balmaceda (1886-1891) favoreció la colonización del sur del país con familias procedentes de Alemania y del imperio austrohúngaro. En Valdivia, donde fundaron Puerto Varas y Puerto Montt, y en Osorno se asentaron familias alemanas y en Llanquihue, las austrohúngaras.

Desde 1870, la influencia del sistema educativo alemán y la presencia de profesores alemanes fue muy importante en Chile y a su vez el gobierno chileno envió al abogado y pedagogo José Abelardo Núñez a documentarse sobre los sistemas de educación primaria y secundaria en Estados Unidos y en Europa. El énfasis alemán en la disciplina en el aula influyó en el modelo educativo chileno. La derrota militar francesa frente a Prusia influyó igualmente en la adopción del modelo militar prusiano, con la creación de la Academia de Guerra y el uniforme similar al alemán en 190540.

En 1932, el abogado Arturo Alessandri de Palma, que había presidido el país en el período 1920-1925, llegó al poder con el apoyo del partido Liberal y Radical y con Gustavo Ross como ministro de Hacienda. Consiguió estabilizar la economía muy afectada por la crisis de 1929 y la bajada de los precios del salitre y el cobre. Presidió un período especialmente convulso en el que, mientras la derecha ostentaba el poder en el Congreso, en la calle los enfrentamientos entre la izquierda y el Movimiento nacionalsocialista chileno (MNS) eran constantes41.

El 5 de abril de 1932, en memoria del día en el que la batalla de Maipu decidió la independencia chilena, se fundó el Movimiento Nacionalsocialista chileno (MNS). Su fundador, Jorge González von Marées el «jefe», había trabado contacto con Carlos Keller, ideólogo de este movimiento político, a través de su amigo Javier Francisco Díaz, militar educado en Alemania que se proponía imitar los pasos de Hitler.

El diario El Imparcial acogió a los nacistas para que expresaran en él sus ideas. El 5 de abril de 1933, nació El Trabajo, periódico del nacional socialismo chileno y Carlos Keller dirigió un año más tarde la revista Acción Chilena. Utilizaban la grafía nacismo chileno para referirse a su movimiento distinguiéndolo así del alemán.

Consideraban que no se trataba de un partido sino de un Movimiento, de inspiración nacionalista, que pretendía superar las divisiones partidistas y clasistas, para así conseguir una democracia gremial, superadora de la dicotomía entre izquierdas y derechas. Se inspiraban en el sistema corporativo de la Italia fascista de los años veinte y treinta. Su referente chileno era Diego Portales, perteneciente a una familia de la aristocracia chilena. Ministro de Estado conservador, privilegió el orden público frente a las libertades ciudadanas en la redacción de la Constitución de 183342.

Paralelamente, en los años treinta del siglo xx, se desarrolló en Chile un clima propicio al partido nacionalsocialista alemán cuya principal base de apoyo eran los colonos alemanes y belgas y sus descendientes establecidos desde las últimas décadas del siglo xix, sectores de la clase media criolla y militares. Además de la tradicional admiración al ejército alemán, el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP) consiguió adeptos en las fuerzas armadas chilenas, donde había instructores alemanes. El antisemitismo no arraigó, pero sí los esfuerzos por evitar la emigración judía.

La penetración de la ideología nazi en Chile estaba ligada al deseo de Hitler de ampliar la influencia alemana en el Cono Sur. Alemania llegó a tener un comercio muy importante con Chile, importando cobre, nitrato y productos agrícolas. En los años treinta del siglo xx los descendientes de alemanes en Chile eran unos treinta y cinco mil. El principal objetivo del nacionalsocialismo era adoctrinar a estas colonias. El primer grupo local del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP) se estableció en Santiago de Chile en 1932 y a este siguieron los de Concepción, Osorno, Valparaíso y otros puntos. Llegó a contar con 1 107 militantes en Chile, un número muy elevado en relación con los integrantes de la comunidad alemana en el país. El instrumento de adhesión fue la propaganda en la que tuvieron gran importancia los diplomáticos y a partir de 1933, llegaron desde Alemania miembros del NSDAP para colaborar, financiar y coordinarse con las estructuras asociativas existentes, extendiendo la influencia del nacionalsocialismo en la Liga Chileno Alemana, las escuelas alemanas (cincuenta y dos, con cinco mil alumnos) y la iglesia protestante alemana, con siete de sus ocho pastores adheridos al NSDAP. La penetración ideológica y política fue más importante que en Argentina y Brasil. La expansión comercial era el objetivo primario de Berlín en América Latina pero se trataba también de consolidar vínculos ideológicos con las comunidades alemanas, sin poner en peligro las relaciones diplomáticas43.

El Chile de los años treinta no fue ajeno a la violencia física desarrollada en los países europeos. La paramilitarización de la política se extendió a las organizaciones políticas comunistas, socialistas y nacistas. No era algo ajeno a la política chilena pues ya en la época de Diego Portales, los Guardias Coloniales, integrados por civiles, velaban por la defensa de las ciudades frente a los indígenas. Las tropas nacistas de asalto (TNA) del MNS dependían de un jefe y recibían entrenamiento militar. Se inspiraban en las fuerzas de choque fascistas europeas, italianas y alemanas.

La confrontación de los nacistas con los socialistas y marxistas se desarrollaba en la calle y en la universidad. Los marxistas consideraban a los nacistas grotescos imitadores de Hitler y a su periódico El Trabajo un foco de difusión de la Alemania nazi, conectado con la Transocean, agencia de noticias hitleriana, y financiado por latifundistas alemanes del Sur de Chile y por firmas comerciales alemanas. A ello se unía la ascendencia alemana de los líderes nacistas, Jorge von Marées y Carlos Keller.

En 1938, el nacismo chileno, pese a haberse manifestado antiparlamentario, intentó llegar al poder acercándose a los simpatizantes del General Ibáñez del Campo, definiéndose como un movimiento que no se situaba ni con la derecha ni con la izquierda.

Los jóvenes nacistas intentaron ocupar el edificio del Seguro Obrero y la universidad, con la ayuda de partidarios del general Ibáñez del Campo. Consignas como «Mi General estamos listos» (aludiendo a Carlos Ibáñez) mostraban el ambiente golpista.

Los jóvenes que intentaban ocupar la universidad fueron detenidos y los del edificio del Seguro muertos por las fuerzas gubernamentales. Gustavo von Marées fue condenado por sublevación militar a diez años y un día e indultado en 1940. La muerte de los jóvenes se consideró homicidio porque se habían rendido antes de ser acribillados44.

Cuando tuvo lugar el fallido golpe de Estado, la embajada estadounidense sostuvo que el movimiento estaba impregnado de ideología nazi y gozaba de la simpatía de Alemania y el gobierno de Alessandri tuvo que pedir explicaciones a Berlín. El fracaso de la toma del Seguro Obrero diluyó el influjo del MNS.

Los votos dieron la presidencia a Pedro Aguirre Cerda. El general Ibáñez se exilió debido al desprestigio causado ante la opinión pública por la matanza del Seguro Obrero45.

Aunque la fuerza de la derecha tradicional y el contexto internacional, contrario al desarrollo de los fascismos, debilitaron el MNS, Jorge von Marées colaboró con agentes alemanes y las empresas alemanas continuaron financiando propaganda pro-alemana, El espacio que ocupaba el MNS en la política chilena intentó ocuparlo el Partido Nacional Fascista, creado por Raúl Olivares Maturana, que con una probable financiación nazi, denunció, con la reacción en contra de la izquierda chilena, la emigración de judíos alemanes a Chile en los años 1938 a 1940. Su periódico Patria, denunciaba que Chile se estaba convirtiendo en «la Palestina de Suramérica»46.

Al iniciarse la IIa Guerra Mundial, el presidente Aguirre de Cerda definió en 1939 la postura de Chile como de vigilante neutralidad, postura semejante a la adoptada por otros países latinoamericanos47.

Sin embargo, el gobierno de Estados Unidos veía un peligroso medio de penetración alemana en la colonia de este origen existente en Chile.

El nazismo tenía una triple representación en Chile: una milicia republicana, anticomunista y antimarxista, una escuela influenciada por el modelo formativo alemán y una prensa que informaba de las actividades del nazismo o fascismo criollo, fundamentalmente en el diario El Trabajo. Este y otros periódicos, El Rayo, La Patria o Mundo Judío difundían mensajes antisemitas cada vez más violentos, financiados por nazis chilenos y alemanes, ante la llegada al país de 9 000 judíos que huían del Holocausto48. Las películas pro nazis se exhibían sin problema, pero la pro-británica «La enfermera Cavell» si bien pudo ser exhibida en Santiago no fue así en el sur de Chile, donde los pro-nazis pagaron para boicotearla49. Adolf Schwarzenberg, un alemán nacido en Chile creó las Juventudes Hitlerianas de Chile en Valdivia. Tanto las Juventudes como el Club alemán fueron toleradas en el país. Las actividades del NSDP no fueron prohibidas, pero se volvieron más discretas.

El torpedeo en alta mar de cargueros chilenos por submarinos alemanes, la detención y juicio de ciudadanos alemanes, acusados de sedición en la ciudad de Valdivia y el descubrimiento de una red de espionaje en Valparaíso influyeron en la nueva postura diplomática del país.

Desde 1943, Chile rompió relaciones con Alemania y sus aliados por la presión norteamericana y la necesidad de ayuda estadounidense ante un posible ataque japonés50 pero continuó existiendo una influencia nazi en el país y en 1944 fracasó un golpe contra el presidente Juan Antonio Ríos, con la implicación de militares que no deseaban apartarse del Eje.

Conclusiones

Chile, país de emigración, tuvo una gran influencia alemana. Su numerosa colonia germana, asentada desde las últimas décadas del siglo xix, propició los lazos culturales con Alemania y la influencia de este país en todos los niveles formativos, desde la enseñanza primaria a la universitaria y a la formación militar. Esta influencia en los años treinta y durante la Segunda Guerra Mundial fue un caldo de cultivo favorable a la penetración de la ideología nazi, con sectores del ejército, partidos políticos y una prensa favorable al Eje, que no consiguió hacerse con el poder político.

Argentina y Chile y, en menor medida, Paraguay, Bolivia y Brasil fueron influenciados por Alemania, por su cultura, su modelo educativo y castrense. La acogida a los fugitivos de la IIa Guerra Mundial se justificó en estos países por la ayuda científica y técnica que podían ofrecer, argumentos estos muy dudosos en los numerosos casos de criminales de guerra. En realidad, se trataba de eludir una afinidad ideológica muy arraigada en importantes sectores del Cono Sur51. En todos ellos puede apreciarse la influencia nacionalsocialista desde los años veinte hasta el final de la IIa Guerra Mundial.

Durante la posguerra, años 1947-1949, Chile también fue, aunque en menor medida que Argentina, un refugio de nazis y colaboracionistas. La Patagonia chilena, en lugares como Temuco, Puerto Montt, Valdivia, Puerto Vara y Osorno, la zona cercana a la Patagonia argentina y San Carlos de Bariloche, fueron sus destinos preferidos.

Bibliographie

Archivos

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Notes

1 Archivo General Militar de Guadalajara, depósito de concentración del Campo de Miranda de Ebro, Guadalajara, España, expedientes de internados. En adelante AGMG, DCME. Retour au texte

2 Los nombres de los internados y de los lugares que aparecen en el presente artículo son los que figuran en los expedientes, pero pueden contener errores de grafía e, incluso, tratarse de nombres falsos. Retour au texte

3 Xosé Manuel Nuñez Seixas, Camarada invierno. Experiencia y memoria de la División Azul (1941-1945), Barcelona, Crítica, 2016, p. 51-59. Retour au texte

4 Raul Hilberg, La destrucción de los judíos europeos, Tres Cantos, Akal, 2002, p. 521-535. Retour au texte

5 Philippe Burrin, La France à l´heure allemande, Paris, Seuil, 1995, p. 213-249; Henry Rousso, Un château en Allemagne. La France de Pétain en exil, Sigmaringen, 1944-1945, Paris, Ramsay, 1980. Robert Paxton, La France de Vichy, Paris, Seuil, 1997. Retour au texte

6 Xosé Manuel Nuñez Seixas, «La “Cruzada Europea contra el bolchevismo”: mito y realidad», Cuadernos de Historia Contemporánea, vol. 34, 2012, p. 31-63. Retour au texte

7 Xavier Moreno Julià, La División Azul. Sangre española en Rusia, 1941-1945, Barcelona, Crítica, 2005; Xosé Manuel Nuñez Seixas, Camarada invierno…, p. 69-112. Retour au texte

8 Martin Conway, Degrelle, les années de collaboration, Ottignis, Quorum, 1994. Retour au texte

9 Martin Conway, Collaboration in Belgium. Léon Degrelle and the Rexist Mouvement, New Haven, Yale University Press, 1993. Retour au texte

10 Bruno De Wever, «La collaboration en Flandre», en José Gotovitch y Chantal Kesteloot (eds), Collaboration, répression. Un passé qui résiste, Bruxelles, Éditions Labor, 2002, p. 39-48. Retour au texte

11 Xavier Moreno Julià, La División Azul…, p. 295-309. Retour au texte

12 Uki Goñi, La auténtica Odessa. La fuga nazi a la Argentina de Perón, Barcelona, Paidós, 2002, p. 101-153. Retour au texte

13 AGMG, DCME, caja 32, expediente 3455, Henri Alcine Defive. Retour au texte

14 Idem, caja 159, asuntos carta del Teniente Coronel Molina, Jefe del campo de Miranda al General Subsecretario del Ejército, diciembre de 1945. Retour au texte

15 Idem, caja 159, asuntos, nota de la Secretaría del Teniente Coronel Capdevilla dirigida al jefe del campo Teniente Coronel Molina, 18 de diciembre de 1945. Retour au texte

16 Archivo General Militar de Ávila, Ávila, España, Armario1, 46 bis, caja 23, folio 33. En adelante AGMA. Retour au texte

17 AGMG, DCME, caja 159. Retour au texte

18 AGMG, DCME, caja 99, expediente 10806. Retour au texte

19 Idem, caja 159. Retour au texte

20 Idem, caja 159. Retour au texte

21 Idem, caja 159. Retour au texte

22 Miembro de la Falange y sobrina del también miembro de F.E. Narciso Perales. Retour au texte

23 Su extradición conllevó un interminable litigio entre el gobierno español y belga. Retour au texte

24 Pese a las repetidas peticiones de extradición del gobierno belga, ésta no se pudo llevar a cabo. Tenía nacionalidad española, gracias a la «adopción» de una anciana de la localidad andaluza de Constantina. https://elpais.com/diario/1983/02/11/internacional/413766010_850215.html [consultado el 04/07/2019]. Retour au texte

25 https://elpais.com/diario/1986/06/24/sociedad/519948012_850215.html [consultado el 04/07/2019]. Retour au texte

26 Jorge Trías Sagnier, «La negación del Holocausto. El caso de Violeta Friedman contra León Degrelle», REDS, no 10, 2017, p. 48-55. Retour au texte

27 AGMG, DCME, caja 135, expediente 14778. El nombre debería ser Robert du Welz. Retour au texte

28 Robert Jean Marie Pechon, acusado de traición por haber llevado armas contra Bélgica, condenado a pérdida de bienes, privado de la nacionalidad belga y condenado a muerte por fusilamiento. https://books.google.es/books?id=K5p4s63KMJgC&pg=PA1612&lpg=PA1612&dq=robert+pechon+1945&s [consultado el 08/05/2019]. Retour au texte

29 AGMG, DCME, caja 135, expediente 14778. Retour au texte

30 AGMG, DCME, caja 135, expediente 14762. Retour au texte

31 http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1967/01/18/063.html.ABC Retour au texte

O https://www.abc.es/archivo/periodicos/abc-madrid-19670118-63.html [consultados el 04/07/2018] glosa la conferencia en el Ateneo de Madrid del ilustre hispanista Paul Werrie el 18-1-1967. El 24-3-1974 aparece la necrológica.

32 Idem caja 1, expediente 91 https://www.diariovasco.com/v/20111011/politica/pensabamos-diplomatico-retirado-20111011.html [consultado el 04/07/2018]. Retour au texte

33 En realidad, su verdadero nombre era Paul van Aerschod. Retour au texte

34 Idem, caja 80, expediente 8714. Retour au texte

35 Idem, caja 129, expediente 14190. Retour au texte

36 Martin Conway, Catholic politics in Europe, 1918-1945, London, Routledge, 1997, p. 78-97. Retour au texte

37 Idem, caja 117, expediente 12792. Retour au texte

38 Idem, caja 110, expediente 12080. Retour au texte

39 Carlos Alonso Cruces Grandón, Relaciones Chileno-Alemanas 1933-1939. Antecedentes de la Neutralidad Chilena Durante la Segunda Guerra Mundial, Tesis de Licenciatura, Universidad Católica de la Santísima Concepción, Chile, 2017, p. 24-36. Retour au texte

40 Rossana Cassigoli, «Sobre la presencia nazi en Chile», Acta Sociológica, no 61, mayo-agosto 2013, p. 157-177. Retour au texte

41 http://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-3307.html, Arturo Alessandri di Palma [consultado el 03/04/2019]. Retour au texte

42 http://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-3358.html Diego Portales [consultado el 03/04/2019]. Retour au texte

43 Carlos Alonso Cruces Grandón, Relaciones Chileno-Alemanas…, p. 37-45. Retour au texte

44 Magdalena Moller Roth, El movimiento nacional socialista chileno (1932-1938), tesis para optar al grado de Licenciado en Historia, Pontificia Universidad Católica de Chile, 2000. Retour au texte

45 http://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-94573.html Matanza del Seguro Obrero [consultado el 04/04/2019]. Retour au texte

46 Gustavo Guzmán Castro, La patria sin judíos. Antisemitismo nacionalista en Chile, 1932-1940. Los casos del Movimiento Nacional Socialista y del Partido Nacional Fascista, tesis para acceder al grado de Magister en Historia, Universidad de Santiago, Chile, 2012, p. 101-149. Retour au texte

47 Raffaele Nocera, Chile y la guerra, 1933-1943, Santiago, LOM Ediciones, 2006. Retour au texte

48 Raffaele Nocera, Chile…, p. 149-162. Retour au texte

49 Eva Goldschmidt, Huyendo del infierno nazi: la inmigración judío-alemana hacia Chile en los años treinta, Santiago de Chile, RIL Editores, 2008, p. 122-124. Retour au texte

50 Raffaele Nocera, «Ruptura con el Eje y alineamiento con Estados Unidos. Chile durante la Segunda Guerra Mundial», Historia, vol. 2, no 38, 2005, p. 397-444. Retour au texte

51 Renée Fregosi, «L’Argentine de Perón, terre d’asile des anciens nazis», Les Temps Modernes, vol. 4, no 700, 2018, p. 95-120. Retour au texte

Citer cet article

Référence électronique

Concepción Pallarés Moraño, « El exilio de colaboracionistas Belgas en España y Chile », Textures [En ligne], 27 | 2023, mis en ligne le 02 juin 2023, consulté le 20 juillet 2025. URL : https://publications-prairial.fr/textures/index.php?id=387

Auteur

Concepción Pallarés Moraño

UNED - Madrid

conchapallares@hotmail.com

Droits d'auteur

CC BY 4.0